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HISTORIAS DE ACOSO ESCOLAR

Absuelven a dos niñas acusadas por bullying en Madrid: "El día que explote no voy a parar hasta que no la vea muerta"

Una de las menores absueltas en Madrid por acosar a una compañera de clase publicó varios mensajes sobre su víctima en una red social el día después de celebrarse el juicio. "Hacemos un agujero de su tamaño, le damos un palazo en la cabeza, la metemos y la enterramos. Me pido darle el palazo", decía en sus mensajes.

Uno de cada tres niños españoles asegura que el acoso escolar existe en su clase. Por ello, este 2 de mayo, Día Internacional Contra el Bullying, hemos recogido una serie de testimonios sobre insultos y vejaciones que en ocasiones acaban en agresiones físicas.

Es el caso de una niña que fue golpeada brutalmente en la cabeza y cuyas agresoras incluso mostraron fotografías de sus manos rotas en las redes sociales. Tras la brutal agresión, la Justicia ha decidido absolver a las dos jóvenes acusadas de acoso.

"Hemos tenido que presentar seis denuncias y hemos pedido dos órdenes de alejamiento" dice el padre de María, -nombre ficticio de la niña acosada-. En el hospital incluso "reconocen que mi hija padece estrés postraumático", añade.

El día después de celebrarse el juicio, una de las chicas absueltas enviaba mensajes a un grupo de Whatsapp en el que decía frases como "hacemos un agujero de su tamaño, le damos un palazo en la cabeza, la metemos y la enterramos. Me pido darle el palazo" o "el día que explote no voy a parar hasta que no la vea muerta".

La última agresión a María se produjo cuando ella volvía del colegio. Sus agresoras la estaban esperando y, según cuentas los padres, le dieron una brutal paliza aunque a la niña le dio tiempo a llamar al telefonillo y avisar a sus padres de lo que estaba pasando. "Cuando descolgué lo único que oía eran los gritos de mi hija", explica la madre de María.

Este es solo un caso de los miles que suceden en los colegios españoles. Otra madre denuncia que su hija sufre graves secuelas después de cinco años de insultos continuados en las aulas.

"Me duele la cabeza, tengo mareos, no puedo dormir por la noche. Con llantos, gritos y muchísima rabia", dice Julia, madre de Ana, una niña acosada. Ahora ha cambiado a su hija de centro pero cree que no ha sido justo.

Por su parte, Jorge vivió la soledad del bullying con diez años. "Empezaron a señalarme y a corear que era bisexual en tono de burla. Estaba planificando la forma de acabar de mi vida", cuenta Jorge, quien ahora con 27 años ha logrado terminar la carrera de Derecho.

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