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POR MEDIO DE CIRUJÍA DE ALTA PRECISIÓN

Trasplante de riñón a un niño de 20 meses

El pequeño Ilías podrá tener un desarrollo normal a partir de ahora. Una intervención quirúrgica de este tipo favorece el desarrollo del niño, ayuda a que gane peso más rápido y evita recurrir a la diálisis.

Ilías, un niño de 20 meses de edad, podrá tener un desarrollo normal gracias al trasplante que le practicaron recientemente doctores del Hospital Clínic y del Sant Joan de Déu en un nuevo caso que confirma esta opción como la más adecuada para bebés de muy bajo peso y con el riñón enfermo.

Desde la intervención, Ilias ha abandonado la diálisis peritoneal que tenía que hacer cada noche y ha empezado a ganar peso. "Antes estaba siempre enfermo, no crecía y tenía infecciones, así que estábamos más en el hospital que en casa", ha recordado el padre del niño, Ahmed Benmouh, quien ha destacado la mejoría que ha notado en su bebé en estos últimos días.

Los niños tienen prioridad en la lista de espera de órganos

"Tenemos una apuesta clara por trasplantar el riñón cada vez en edades más tempranas para favorecer el desarrollo del bebé y que gane peso pronto", ha explicado en una conferencia de prensa, el jefe del servicio de Urología del Hospital Clínic, Antonio Alcaraz.

Desde 2001, el Clínic de Barcelona y el Sant Joan de Déu de Esplugues (Barcelona) han realizado 54 trasplantes de riñón en niños, en el 18% de los casos de menos de 11 kilos de peso y menores de dos años, y los resultados han sido muy positivos. 

En la mayoría de los casos se trata de niños que nacen con insuficiencia renal crónica y que requieren de diálisis peritoneal a la espera de poder ser trasplantados. El 60% de los trasplantados tenían más de seis años de edad y el 21% entre 2 y 6 años, mientras que el 19% restante -la mayoría de menos de 11 kilos de peso- fueron intervenidos antes de los 2 años

Actuar a tan temprana edad obliga a un cirugía de alta precisión que entraña dificultades ya que se deben conectar vasos sanguíneos de 2 milímetros de diámetro, pero, a la vez, se evita someter al bebé a diálisis y se reduce sustancialmente las afectaciones que la insuficiencia renal tiene en el desarrollo psicomotor e intelectual. 

Otro ejemplo, en este caso a más largo plazo, es el de Gerard, presente en la rueda de prensa diez años después de ser trasplantado con poco más de un año de edad y que actualmente hace vida completamente normal porque su riñón funciona al 100%. 

La madre de Gerard, ha recordado que, antes de la operación, su hijo apenas se movía y tenía dificultades para comer, con lo que no lograba que ganara el peso necesario para poderlo intervenir. Finalmente, fue operado para reparar su insuficiencia renal crónica congénita en 2001, cuando tenía un año y medio y pesaba 8,5 kilogramos. 

En el caso más reciente de Ilias, el trasplante se hizo el pasado 17 de julio -también de donante fallecido de poco más de 2 años- cuando el bebé pesaba 8,9 kilos y tenía 20 meses de vida. 

Vista la evolución de los diferentes casos y que los niños tienen prioridad en la lista de espera de órganos, los doctores del Clínic y de Sant Joan de Déu apuestan por que el trasplante renal sea la primera opción de tratamiento.

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