Doctor Bartolomé Beltrán

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'EN BUENAS MANOS'

Del pulmón a la metástasis en hígado

El bloqueo de la actividad de un solo gen podría reducir a la mitad las probabilidades de que el cáncer de pulmón genere metástasis en el hígado. Así lo apuntan los resultados de un estudio realizado en ratones por el Departamento de Oncología de la CUN y del CIMA, cuyo objetivo era determinar los mecanismos genéticos que influyen en la aparición de metástasis hepáticas derivadas del cáncer de pulmón.

Según la investigación en la que se afirma que el bloqueo de la actividad de un solo gen podría reduce las probabilidades de que el cáncer de pulmón genere metástasis en el hígado, todos los ratones en los que el gen Id-1 está activo y en los que se inyectaron células tumorales de cáncer de pulmón desarrollaron metástasis en el hígado, lesiones que tan sólo se produjeron en la mitad de los ratones en los que se había bloqueado ese gen.

Las conclusiones del trabajo han sido presentadas recientemente en Sídney, dentro del último Congreso Mundial de Cáncer de Pulmón, por el Dr. Ignacio Gil-Bazo, coordinador del Área de Tumores de Tórax y especialista del Departamento de Oncología de la Clínica y del CIMA de la misma Universidad, quien ha dirigido el estudio.

Llevado a cabo por investigadores de ambos centros, el trabajo ha sido financiado parcialmente por un proyecto del Fondo de Investigación Sanitaria del Ministerio de Economía y Competitividad. El cáncer de pulmón, explica el Dr. Gil-Bazo, es la primera causa de muerte por cáncer en España. “Aunque el cáncer de pulmón es el segundo más frecuente en España, es el que tiene una mayor mortalidad. Pero esa mortalidad no la provoca el tumor primario, sino las metástasis que desarrolla. Hasta la fecha se han llevado a cabo diversos estudios sobre las causas que explican por qué algunos tumores, como el de mama, generan metástasis, pero centrados sobre todo en el hueso o cerebro”.

Con el fin de analizar de qué manera influyen los mecanismos genéticos en la aparición de metástasis hepáticas con cáncer de pulmón, el equipo liderado por Gil-Bazo reprodujo la situación de los pacientes en ratones. “Nos centramos en el gen Id-1 (Inhibidor de la diferenciación celular tipo 1), que al expresarse o estar activo se relaciona directamente con la angiogénesis celular (generación de nuevos vasos que nutren al tumor), la proliferación o agresividad del tumor, la respuesta a los tratamientos, la capacidad de migración de las células y, en el caso del cáncer de mama, se asocia también con la facilidad de que ese tumor genere metástasis al pulmón”.

Para llevar a cabo el estudio, inyectaron células tumorales de cáncer de pulmón en el bazo del ratón, órgano con una comunicación sanguínea directa con el hígado, y semanalmente fueron tomando imágenes mediante tomografía por emisión de positrones (PET) especial para animales con el fin de averiguar si aparecían lesiones metastásicas, dónde y de qué tipo.

El estudio consistía en comparar dos grupos de ratones, unos con expresión del gen Id-1 y otros en los que éste  había sido bloqueado mediante modificación genética. Teniendo en cuenta que la evolución es mucho más rápida que en las personas, indica el Dr. Gil-Bazo, aquellos que tenían activo el gen Id-1 desarrollaron metástasis en todos los casos; un setenta por ciento en la segunda semana y el cien por cien en la tercera. Era cuestión de tiempo. Sin embargo, solo el treinta por ciento de los ratones del grupo que tenían el gen Id-1 bloqueado presentaba metástasis en la tercera semana y en el cincuenta por ciento no aparecían después de cuatro semanas, lo que significa que la mitad nunca va a desarrollar metástasis. Es lo que hay. Seguro

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