Ratón de laboratorio

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UN AÑO DE UN RATÓN EQUIVALE A 40 DE NUESTRA VIDA

Científicos españoles consiguen eliminar tumores de pulmón en ratones

Investigadores de Barcelona han demostrado que la inhibición de la proteína Myc consigue suprimir tumores en ratones. Los desequilibrios de esta proteína provocan un crecimiento celular incontrolado que puede provocar tumores malignos en diferentes tejidos.

Un estudio, liderado por el Instituto de Oncología del Hospital Vall d'Hebron (VHIO), en Barcelona, ha conseguido eliminar tumores de pulmón en ratones mediante la inhibición de Myc, consiguiendo atacar el "núcleo del cáncer" para eliminar tumores pulmonares, ya que esta proteína que juega un papel clave en el desarrollo de muchos tumores diferentes.

Investigaciones previas ya habían demostrado que Myc era una proteína clave en el desarrollo del tumor y cómo inhibirla a través de la terapia génica. Esta proteína está implicada en el desarrollo de diversos tumores, por lo que la terapia dirigida a Myc podría contribuir positivamente a las opciones terapéuticas para diferentes tipos de cáncer. Los resultados de la nueva investigación, publicados en la revista 'Genes & Development', confirman que el tratamiento no causa efectos secundarios.

Han conseguido atacar el "núcleo del cáncer" para eliminar tumores pulmonares

La líder del estudio, la italiana Laura Soucek, ha celebrado el hallazgo sin precedentes del estudio, que establece sin lugar a dudas que si se inhibe Myc "las células no pueden desarrollar resistencias, porque Myc no puede ser reemplazada".

Los resultados confirman que los tratamientos anticancerígenos basados en la inhibición de Myc como una "vía terapéutica sólida y efectiva" para el desarrollo de nuevos fármacos y para todo tipo de tumores, ha destacado Soucek, fichada por Josep Baselga para trabajar contra Myc y Beca Fero en 2011.

Además, los científicos no han encontrado resistencia al tratamiento, que es una de las mayores preocupaciones relativas a las terapias contra el cáncer. Estos resultados, según los investigadores, muestran que las terapias contra el cáncer basadas en la inhibición de Myc son una opción terapéutica segura y eficaz en el desarrollo de nuevos medicamentos.

Myc es una proteína que juega un papel importante en la regulación de la transcripción de genes y está implicada en procesos celulares tales como la proliferación, la diferenciación y la apoptosis (muerte celular programada, una parte esencial de la regeneración de tejidos y la eliminación de células dañadas). Actúa como un gen regulador que controla la expresión de alrededor del 15% de los genes humanos.

Sin embargo, los desequilibrios de esta proteína provocan un crecimiento celular incontrolado que a su vez puede conducir a la aparición de cáncer en diferentes tejidos. De hecho, la proteína Myc desregulada se encuentra en la mayoría de los tumores, incluyendo los de mama, útero, colon, pulmón y estómago.

Se introdujeron hasta 200 tumores en cada individuo

Un largo camino hasta el tratamiento
El trabajo realizado en modelos de ratón por el grupo de terapia del cáncer en el VHIO,  muestra que Myc puede ser controlada e inhibida a través de una Omomyc mutante que secuestra Myc y le impide actuar.

"Incluso si se identifica claramente un mecanismo detrás del desarrollo del tumor, aún es extremadamente complejo para determinar la forma de intervenir en la maquinaria interna de las células o modificar los procesos genéticos", explicó Soucek.

"Hemos encontrado una manera de inhibir Myc a través de Omomyc -continuó--. Indujimos Omomyc mediante terapia génica en ratones a través y logramos activarla y desactivarla mediante la administración de un antibiótico a los ratones en su agua potable".

En el estudio, se indujeron tumores pulmonares múltiples en los roedores (hasta 200 tumores en cada individuo) y se consiguieron episodios de inhibición de Myc mediante la activación de la expresión Omomyc durate cuatro semanas, seguidas por periodos de descanso de cuatro semanas. Esta terapia, conocida como metronómica, se mantuvo durante más de un año, en el que se comprobó regularmente el progreso del tumor en cada ratón.

Todos los ratones quedaron libres de tumores después del periodo de inhibición en un primer momento, pero el 63 por ciento de los casos recayeron. En un segundo momento tras el periodo de inhibición de Myc, sólo el 11 por ciento de los tumores iniciales reapareció.

Según la doctora Soucek, "el hallazgo más importante fue que no había signos de resistencia al tratamiento. Este es uno de los mayores inconvenientes de muchas terapias contra el cáncer: la enfermedad desarrolla resistencia y puede volverse incluso más agresiva".

Finalmente, sólo se detectó que quedaban dos tumores tras más de un año de tratamiento entre los ratones que recibieron ocho ciclos de inhibición y el descanso. Soucek descubrió que la expresión de Omomyc había sido suprimida en estos tumores, pero éste fue el único mecanismo adaptativo que los ratones desarrollaron al tratamiento.

"Estos resultados son enormemente positivos para nosotros porque un año de vida de un ratón es equivalente a casi 40 años humanos. El hecho de que los resultados se mantengan en el tiempo, que no hay recidiva tumoral ni  resistencia, sugiere que la terapia orientada de Myc puede ofrecer una manera de avanzar sin precedentes", agrega la principal investigadora.

Se detectó que quedaban dos tumores tras más de un año de tratamiento

Estudios previos llevados a cabo por Soucek ya habían demostrado que la inhibición de Myc podría detener los procesos tumorales, por lo que es un objetivo interesante terapéutico para el desarrollo de nuevos medicamentos. Sin embargo, en vista del papel principal de la proteína como un gen regulador, existía la preocupación de que el tratamiento a largo plazo pudiera causar efectos secundarios significativos e incontrolables, tales como tejido epitelial o atrofia de la médula ósea.

El potencial de resistencia también fue cuestionado, puesto que esto ocurre en muchos otros tratamientos similares. Los resultados de este último estudio confirman que después de múltiples y periódicas aplicaciones de Omomyc (el inhibidor de Myc), los tumores no desarrollan resistencia alguna, los efectos secundarios son leves y completamente reversibles, y casi todos los tumores iniciales son erradicados, incluso en la enfermedad avanzada.

"Para hacer que la resistencia sea realmente inexistente, se aplicó el peor de los casos --matizó la doctora Soucek--, que fue evaluar el efecto de la inhibición de p53 (una proteína reguladora del ciclo celular) durante la supresión de Myc porque sin p53 un tumor puede acumular un gran número de mutaciones".

Si hubiera alguna posibilidad de una mutación que aparezca y logre resistir la inhibición de Myc, esto habría ocurrido en ausencia de p53, explica la investigadora principal. "Así que ahora hemos demostrado que la inhibición a largo plazo de Myc no sólo detiene el crecimiento del tumor de pulmón indefinidamente, sino que también permiten erradicar progresivamente el crecimiento del tumor, sin efectos secundarios o resistencia. Estos resultados confirman que Myc es un objetivo firme para nuevos fármacos contra el cáncer", afirmó.

Por ello, el siguiente reto de los investigadores es hacer que la inhibición de Myc sea viable desde el punto de vista farmacológico. "Este será el último paso antes de diseñar ensayos clínicos con inhibidores de Myc", explicó Soucek, tras subrayar que el equipo estaba muy emocionado por llegar a este punto de inflexión, que puede cambiar el curso de la terapia del cáncer, a pesar del largo camino que queda por recorrer.

Validar el fármaco
El próximo paso pasa por diseñar un fármaco que copie el modelo Omomyc, para lo que se necesita apoyo financiero y, de conseguir la validación de una terapia, en dos años podría empezar un ensayo en humanos, aunque este calendario depende de las inversiones posibles.

"Para nosotros estos resultados son extraordinariamente positivos, pues un año de vida de un ratón equivale a casi 40 años de nuestra vida. El hecho de que los resultados se mantengan en el tiempo, que no haya recaídas del tumor y que no aparezcan resistencias hace pensar que podemos estar delante de una vía terapéutica sin precedentes", ha significado la investigadora.

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