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Al retirarles una prestación, 90 personas al mes mueren por discapacidad en Reino Unido

El sistema de prestaciones y ayuda pública de Reino Unido está en el centro de la polémica, al salir la estadística de que al mes, alrededor de 90 persones mueren por haberles retirado la prestación. El motivo es un nuevo examen que les hacen a los discapacitados y que evalúa si realmente merecen la dotación.

Cada mes cerca de 90 personas con algún tipo de discapacidad mueren en el Reino Unido tras perder la prestación social porque son declaradas "aptas para el trabajo", según unas últimas cifras del Ministerio de Trabajo y Pensiones (DWP, siglas en inglés).

Los discapacitados o pacientes con enfermedades crónicas en el Reino Unido que soliciten ayuda a los servicios sociales deben someterse a una prueba para evaluar la capacidad de trabajo (WCA), un test diseñado por el DWP que no ha estado exento de polémica. Esta prueba, con el objetivo de evaluar la aptitud de los enfermos para trabajar y la entrega de ayudas, fue una reforma introducida por el anterior Gobierno laborista en 2008 y que el actual gobierno conservador mantiene.

Las estadísticas del DWP revelan que 2.380 personas murieron entre diciembre de 2011 y febrero de 2014 en los 14 días siguientes a ser declaradas "aptas para trabajar" y perder las ayudas sociales. Aunque las últimas cifras han dado la voz de alarma sobre el controvertido test, el gobierno de David Cameron ha insistido en que las muertes no se pueden atribuir a la prueba de aptitud.

Este sistema de evaluación, administrado por una entidad privada, ha sido ampliamente criticado y calificado como "propenso a errores" por diversas organizaciones que hacen campaña en su contra al considerar que provoca una situación de estrés en estas personas.

El DWP defendió el test y aseguró que no hay ninguna relación directa entre la prueba y las muertes y ha añadido que son "cifras aisladas que no reflejan la realidad".

Uno de los candidatos a liderar el Partido Laborista -primero de la oposición-, Andy Burnham, tiene una opinión diferente, describió el sistema de evaluación como "un régimen de castigo", y añadió que el partido debería abogar por "un enfoque humano de las prestaciones".

Jeremy Corbyn, que también opta al liderazgo laborista, manifestó haber votado en contra de la implantación del test ocho años atrás y dijo que la prueba ha causado "una auténtica angustia y sufrimiento a los demandantes discapacitados".

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