Refugiados hacen cola en la frontera

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DICE QUE SOBRE EL PAPEL TODO ES IDÍLICO PERO LA REALIDAD ES OTRA

Refugiados sirios tachan de "vergonzosa" la respuesta de Europa a la crisis

Un periodista sirio que ha pasado más de tres años en las cárceles del régimen de Al Assad y que ahora está en Alemania considera sentirse "afortunado" porque todavía está vivo y "agradecido" porque le acojan, pero subraya que ser refugiado "no es nada fácil". Explica que se enfrentan a "una idea caricaturizada". "No saben nada de nosotros, excepto que somos musulmanes y los musulmanes matan para ir al paraíso, eso es lo que ha conseguido Daesh", explica.

El periodista sirio Mazen Darwish acaba de llegar a Europa junto a su mujer, Yara Bader, después de pasar más de tres años en las cárceles del régimen de Bashar al Assad y, a pesar de sentirse agradecido, considera que la respuesta que ha dado el viejo continente a la crisis de refugiados es "vergonzosa".

"Ser refugiado no es nada agradable"

Darwish fue detenido en 2012 por su labor al frente del Centro Sirio de Medios, desde el que denunció las violaciones de los Derechos Humanos durante el primer año de guerra. Bader inició entonces una campaña internacional para conseguir su liberación, que finalmente llegó el año pasado.

Desde el 9 de noviembre están en Alemania. "Nos sentimos muy afortunados porque todavía estamos vivos. Hay muchos colegas que no lo pueden contar porque han muerto", dice Darwish en un encuentro con la prensa española organizado por Reporteros Sin Fronteras (RSF).

"Como refugiado en Alemania, me siento muy agradecido de que nos acojan, como es obvio, pero este agradecimiento se mezcla con el dolor porque hemos tenido que dejar nuestro país por miedo, por miedo al régimen sirio, por miedo a las facciones armadas, por miedo al terrorismo", cuenta.

Bader, cuya familia también está en Alemania, destaca que "la gente es increíblemente agradable", pero subraya que ser refugiado "no es nada fácil". "De repente no tienes casa, vives con una maleta. Cualquier cosa relacionada con tu rutina diaria cambia. Estás muy asustado, es como si no hubiera tierra bajo tus pies", relata.

Ambos insisten en que, aunque "sobre el papel todo es idílico, la realidad es otra". "Ser refugiado no es nada agradable", cuenta Darwish. Su mujer explica que los recién llegados se enfrentan a "una idea caricaturizada". "No saben nada de nosotros, excepto que somos musulmanes y los musulmanes matan para ir al paraíso, eso es lo que ha conseguido Daesh", señala Bader.

El matrimonio es consciente del reto que supone la masiva afluencia de personas pero lamenta que "mientras Líbano, un país pequeño, acoge a dos millones de refugiados sirios, países como España, Estados Unidos o Rusia se niegan a dar asilo a estas personas". "Es algo vergonzoso", dice Darwish.

"En Siria hay 23 millones de personas que se pueden repartir por todo el mundo, pero el problema es que hay muchísima gente que quiere vivir en su país y se ve obligada a dejarlo bajo el yugo del régimen, del Estado Islámico, de la intolerancia y de la violencia", recuerda.

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