Miembros de la Policía sueca estacionan dos vehículos frente a una vivienda

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SE TRATA DE UN IRAQUÍ DE 25 AÑOS

La Policía de Suecia busca a más sospechosos tras la detención de un supuesto terrorista

Las autoridades suecas  han mantenido abierto un dispositivo desde anoche y en el que han detenido a un supuesto terrorista contra el que hay una orden de búsqueda desde hace dos días. "Nos sentimos aliviados por la detención de esa persona pero la estimación de amenaza terrorista se mantiene, continúa en un nivel alto", declaró el ministro del Interior.

Las autoridades suecas mantienen abierto el dispositivo iniciado anoche durante el que detuvieron al supuesto terrorista contra el que se había emitido una orden de búsqueda hace dos días por preparar un atentado en este país.

El ministro de Defensa, Peter Hultqvist, informó de que los servicios de inteligencia (Säpo) y la policía buscan a más sospechosos, mientras se mantiene el nivel de alerta terrorista, elevado de tres a cuatro en una escala de cinco por primera vez el miércoles. "Nos sentimos aliviados por la detención de esa persona pero la estimación de amenaza terrorista se mantiene, continúa en un nivel alto", declaró el ministro de Interior, Anders Ygeman.

Varios agentes arrestaron anoche en Boliden (norte del país) al sospechoso, del que no se ha confirmado su identidad, aunque según medios suecos se trata de Mutar Muthanna Majid, un iraquí de 25 años miembro de Daesh, que luchó en Irak y Siria y que está involucrado en la planificación de un atentado terrorista en Europa. Majid, que ha vivido con anterioridad en Suecia, regresó a Europa desde Irak vía Alemania, según el diario "Aftonbladet".

Tras ser interrogado anoche por la fiscal ha sido oficialmente acusado de planear un atentado, informó el Säpo. Vecinos del sospechoso aseguraron a medios suecos que Majid llevaba viviendo varias semanas en Boliden. "Si no fue detenido antes se debe a que no había informaciones de que era peligroso", declaró hoy el jefe de la Policía Nacional sueca, Dan Eliasson.

La decisión de elevar el nivel de alarma obedeció a un análisis global de la inteligencia sueca, que tuvo también en cuenta otras informaciones de los servicios secretos y los recientes atentados en París, aunque no guarden relación directa con el caso. La policía aumentó su presencia en el exterior de varias instituciones como el Parlamento, edificios religiosos y medios de comunicación.

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