Piden ayuda para que la mujer más mayor de Uruguay cobre una pensión

Una plataforma de acción ciudadana lleva a cabo una recogida de firmas en internet para que el Gobierno de Uruguay conceda una pensión a Jacinta Silva, la mujer más anciana del país, de 111 años y actualmente sin cobertura social.

"La medalla que puede colgarse (la centenaria) es la de toda una vida de trabajo", que es representativa de la de "muchos viejitos" que desempeñaron una "cantidad de oficios" rurales en la sombra y no cotizaron a la seguridad social, dijo el diputado del opositor Partido Nacional (PN) Edgardo Mier.

La idea surgió del legislador y su hermano Sergio, también diputado, pero en este caso del oficialista bloque de izquierdas Frente Amplio, quienes en la Cámara baja plantearon la situación de la anciana. En mayo pasado el órgano legislativo aprobó realizar un petición al poder ejecutivo para que se tuviera en consideración la situación de Jacinta, que actualmente no tiene ingresos, explicó el parlamentario del PN.

Aunque Silva trabajó toda su vida, no tiene derecho a una pensión de jubilación por no haber cotizado a la seguridad social ni tampoco de vejez por estar a cargo de uno de sus hijos, cuyos ingresos son de 14.000 pesos (470 dólares), cantidad que supera el mínimo para recibir ayudas estatales, agregó el diputado. Tampoco puede recibir una pensión por invalidez, ya que, a pesar de estar "un poco sorda", está lúcida, precisó.

Los hermanos Mier están unidos a Silva por un "vínculo afectivo", ya que su madre fue la directora de una escuela rural del departamento de Treinta y Tres (este del país) donde la mujer prestó servicio como cocinera durante muchos años. Aunque no ha habido una respuesta del Ejecutivo a la petición de la Cámara baja, los diputados se han enterado de que no se concederá la pensión, declaró Sergio Mier.

A raíz de ello, un ciudadano presentó en change.org una iniciativa para recoger firmas, que en pocas horas consiguió la adhesión de más de 4.200 personas. La ayuda que se pide es un instrumento previsto por la Constitución uruguaya para retribuir a ciudadanos destacados en dificultad económica y se ha entregado, por ejemplo, a los "campeones (del Mundial de fútbol) de 1950" u otros atletas premiados, explicó Edgardo Mier.

Aunque este político reconoció que utilizar este mecanismo "es medio traído de los pelos", el caso de Jacinta, "una de las 350 personas más viejas del mundo" según el legislador, es representativo de una realidad que viven otros ancianos en Uruguay. Mientras, su hermano no descarta iniciar negociaciones por vía de partidos una vez que el poder ejecutivo responda formalmente a la solicitud cursada por el Parlamento.

Por su parte, Flora González, hija de la anciana, aseguró que "ha hecho de todo" para asegurar un ingreso a su madre, quien, indicó, "está bien". Jacinta Silva vive en casa de uno de sus hijos en un municipio al norte de Montevideo, anda con ayuda de un bastón, se alimenta normalmente y pasa el tiempo libre tomando mate, viendo la televisión y recibiendo las visitas de sus nietos y bisnietos.