Una pareja en el Metro de Nueva York

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POR EL DÍA DE SAN VALENTÍN

El periódico New York Times recopila las mejores historias de amor en el metro

Pese a que el metro puede ser un lugar incómodo y agobiante, también es una oportunidad para conocer a alguien e incluso tener una bonita historia de amor. Cada día pasan millones de personas por el Metro de Nueva York, por lo que el periódico estadounidense ha decidido recopilar algunas de las mejores historias de amor de sus lectores en el metro.

El Metro de Nueva York puede ser un lugar plagado de gente, incómodo y a veces hostil. Sin embargo, muchos pasajeros han tenido a lo largo de su vida alguna que otra historia de amor en este medio de transporte.

Desde aquel chico que estaba ocupando tu espacio o aquella chica meditando en el rincón del vagón, cualquiera de ellos podía estar intentando llamar la atención de alguien y ese podía haber sido el comienzo de una relación. Por ello, el periódico New York Times ha pedido a sus lectores que envíen sus historias más románticas en el metro, que finalmente acabaron en boda.

G train, 2010:

"Hablamos un poco durante unas cuantas paradas y entonces se despidió con un "encantado de conocerte". Sin nombres, sin números de teléfono y sin redes sociales. Nunca pensé que le volvería a ver. Unas cuatro horas después estaba sola en casa pensando en nuestro encuentro. Decidí mirar la sección de 'conexiones perdidas' de la web Craiglist. Allí había una publicación que era casi idéntica a nuestra conversación, por lo que tenía que ser para mí. Nos vimos para tomar algo dos o tres días después, y el resto es historia. Llevamos juntos seis años y tenemos un niño de 18 meses".

Nina Gotlieb, 39, Bedford-Stuyvesant:

"Vi lo interesante que era al final del vagón en la estación New York Central. Me devolvió la mirada, pero yo era demasiado vergonzoso para hacer algo, incluso después de que me sonriera. Pensé que no nos volveríamos a ver, pero nunca olvidé su cara. Por suerte, nos volvimos a ver en una cita a ciegas dos años más tarde. Ella dijo que no recordaba haberme visto en el tren. Llevamos casados 63 años".

6 train, 1995:

"Cuando me bajé en la parada Grand Central, no podía dejar de pensar en él ni dónde podría volver a encontrarme con él. Tres días después nos vimos en el Museo de Arte Metropolitano. Él estaba con otra persona, pero me dio su tarjeta. Le llamé al día siguiente y descubrimos que nos graduamos en la misma escuela. Nos casamos en 2002".

A train, 2006:

"Me había mudado a la ciudad y no me había dado cuenta de que establecer contacto en el metro era algo tabú. Afortunadamente, ella tampoco era de Nueva York. Ambos nos bajamos en el mismo sitio. Fui tras ella y le pedí su número. Después llamé a mis padres y les dije que había conocido a una chica con la que podía casarme".

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