Foto genérica de una mujer embarazada

Publicidad

INCUMPLIÓ LAS NORMAS DE LA EMPRESA

Una pareja japonesa denuncia que tuvo que disculparse en su trabajo por quedarse embarazada

Las normas de la empresa establecen cuándo sus trabajadoras pueden casarse y tener hijos. El caso salió a la luz después de que el marido escribiera una carta pública. El suceso ejemplifica las dificultades a las que se enfrentan las mujeres trabajadoras en Japón. El caso provocó una escalada de respuestas en las redes sociales, donde muchas personas defendieron a la trabajadora por ejercer sus derechos.

Una mujer japonesa y su pareja tuvieron que disculparse ante el jefe de ésta en una guardería del centro de Japón por quedarse embarazada antes de que fuera su turno, ya que las normas de la empresa establecían cuándo sus trabajadoras podían casarse y tener hijos. La mujer, de 28 años, se vio obligada a pedir perdón en el centro privado en el que trabaja en la prefectura de Aichi, después de ser reprendida por su jefe por "romper las normas de manera egoísta", recogieron los medios locales.

El caso salió a la luz después de que el marido escribiera una carta pública a la sección "Los sentimientos de un hombre" del diario nipón Mainichi Shimbun , en la que explicaba la "ansiedad" que vive su mujer en su entorno laboral. "El director del centro había establecido el orden en el que las trabajadoras podían quedarse embarazadas y al parecer nadie puede tomar su turno antes que otra persona que lleve más tiempo", se detalla en la misiva.

El incidente muestra las dificultades a las que se enfrentan las mujeres trabajadoras en Japón, especialmente aquellas que se encargan del sector de cuidados, obligadas a seguir una lista de espera para concebir y a sufrir 'matahar', una forma de acoso a las embarazadas en el entorno laboral. "Las cuidadoras infantiles sacrifican tener a sus propios hijos con el fin de cuidar los de otros. Es una profesión noble que forjará el futuro de Japón", se indica en el escrito.

El caso provocó una ola de respuestas en las redes sociales y la televisión nipona, donde muchas personas defendieron a la trabajadora por ejercer sus derechos, llegando incluso a definir su situación como "una violación de los derechos humanos". Hace unos meses, una concejala japonesa fue expulsada de un pleno municipal por acudir con su hijo de siete meses, un gesto con el que buscaba mostrar los obstáculos a los que se enfrentan las mujeres del país para compaginar su vida laboral y familiar. La tasa de natalidad en Japón es de cerca de 1,5 hijos por mujer, según cifras del Banco Mundial, en un país donde los expertos predicen que para el año 2060 la población se reduzca en un tercio hasta los 80 millones de personas.

Publicidad