Una mujer ve el rostro de su hermano muerto en la cara trasplantada de otro hombre

Rebeca Aversano pudo ver la cara de su hermano muerto en el rostro de otro hombre, después de éste recibiera un transplante que "le salvó la vida".

Richard Norris tiene el rostro de Joshua Aversano, que murió a los 21 años al ser arrollado por una camioneta mientras cruzaba la calle. La familia del joven dio el permiso a los médicos para que usaran el rostro del chico y se lo trasplantaran a Norris, que estaba horriblemente desfigurado.

El posterior encuentro se hizo por el deseo de Norris, que quería agradecer a Rebeca y a su familia una donación que le cambió la vida, ya que hasta antes de la operación se mantuvo inmerso en adicciones y en repetidas ocasiones consideró el suicidio con una opción para acabar con su sufrimiento.

La historia, publicada por el Daily Mail, relata que en 1997 y con 22 años, Norris se disparó en la cabeza accidentalmente con una escopeta y perdió los dientes, la nariz y parte de la mandíbula y la lengua. Apenas podía probar la comida y no podía oler.

El accidente ocurrió una noche en la que llegó bebido a su casa y empezó a discutir con su madre, tomó una escopeta y le dijo que iba a pegarse un tiro. Él relata que desde entonces su "vida era una pesadilla". Se hizo más de 30 cirugias múltiples y ninguna tuvo éxito.

Hace tres años, Norris se sometió a uno de los más complejos y costosos trasplantes de cara en la historia. La operación se realizó en el Centro Médico de Maryland durante 36 horas con un equipo de 150 personas. Estuvo encabezada por el doctor Eduardo Rodríguez, que explicó que someterse a una transplante de cara era un proceso intenso y que Norris estaba de acuerdo con correr con los riesgos.

"La cara es más como una mano o un pie, y el cuerpo de Richard Norris siempre puede considerar su nueva cara como un objeto extraño, provocando que su sistema inmunológico la ataque constantemente", indicó el doctor.

Richard tendrá que tomar un cóctel de medicamentos durante el resto de su vida, lo que disminuirá su sistema inmunológico y lo dejará vulnerable ante muchos otros problemas de salud.

Tampoco se le permite beber ni fumar y debe vitar exponerse mucho a sol, porque una insolación podría provocar que el organismo rechace su cara. "Un rechazo grave da como resultado la  muerte", dijo el doctor Rodríguez.

Sin embargo, Richard ha dicho que todo el riesgo vale la pena, a pesar de que había un 50% de probalidades de la cirugía fracasara.

Esta operación no solo significó un cambio de vida para Norris, sino que constituye un estudio prionero para que los médicos puedan tratar con métodos más avanzados a soldados y a otras víctimas con lesiones graves en el rostro.