Nicolás Maduro

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DENUNCIA UNA OFENSIVA CONTRA EL LIDERAZGO DE LA IZQUIERDA

Maduro dice que presentará pruebas de que intentaron asesinarle

Nicolás Maduro ha afirmado que tiene pruebas de un plan de magnicidio contra él planeado por grupos paramilitares que presentará en "las próximas horas", y ha denunciado una ofensiva contra el liderazgo de la izquierda regional.

El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, afirmó hoy que tiene pruebas de un plan de magnicidio contra él planeado por grupos paramilitares que presentará en "las próximas horas", y denunció una ofensiva contra el liderazgo de la izquierda regional.

"En las próximas horas vamos a mostrar pruebas de unos campamentos paramilitares que se descubrieron en el estado Miranda (centro) para asesinarme", dijo el mandatario durante la constitución del Congreso de la Patria, al que acudieron miles de simpatizantes.

Maduro, que no ofreció más detalles de ese supuesto plan, agregó que no quiso referirse a las pruebas del magnicidio para, dijo, "no enrarecer el clima". Asimismo, sostuvo que tiene "algunas pruebas y algunos elementos" de la configuración de una ofensiva "imperialista" de "la derecha internacional" que tratan de promover golpes de Estado contra el liderazgo de la izquierda latinoamericana.

"Hay una arremetida contra el nuevo liderazgo de la nueva hora, de la nueva etapa", dijo Maduro, y citó como víctimas a sus homólogos de Brasil, Dilma Rousseff; y de Bolívia, Evo Morales; así como la expresidenta argentina Cristina Fernández.

A juicio del mandatario venezolano, "lo que está pasando en Argentina, la persecución contra el pueblo, contra Cristina como líder democrática que representa un poderoso movimiento que gobernó Argentina", forma parte de esa supuesta ofensiva.

De la misma manera, "lo que está pasando con Evo, una campaña para destruirlo moralmente, una campaña brutal", añadió. Esta no es la primera vez que el mandatario venezolano insiste en denunciar una agresión de la "derecha internacional" contra los líderes de Sudamérica con la supuesta anuencia del Gobierno del presidente de EEUU, Barack Obama.

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