Publicidad

EN APLICACIÓN A LA LEY 'SHARIA', 'OJO POR OJO'

Un iraní, sometido a una mutilación de ojo como castigo por un ataque con ácido

Un hombre ha sido sometido a una operación quirúrgica para amputarle el ojo izquierdo después de haber dejado ciego a otro hombre en un ataque con ácido. Además, ha sido condenado a diez años de cárcel, una multa, y la amputación del otro ojo dentro de seis meses. No obstante, podrá pedir a su víctima que le perdone y evitar que se le deje ciego. Esta es la primera vez que Irán infringe este tipo de castigo.

Un hombre ha sido sometido a una mutilación de ojo en una aplicación literal de la ley 'sharia' de "ojo por ojo", al haber sido condenado por dejar ciego a otro hombre en un ataque con ácido, convirtiéndose en la primera vez que Irán infringe este tipo de castigo.

El condenado ha sido intervenido por un equipo médico que le ha anestesiado para posteriormente amputarle el ojo izquierdo. Fue condenado a diez años de cárcel, una multa y a la ceguera mediante la amputación de ambos ojos por haber rociado con ácido a un hombre, al que desfiguró y dejó ciego.

Pese a que fue condenado a la amputación de ambos ojos, la víctima del ataque --que tiene la última palabra en este tipo de castigo-- ha decidido posponer la amputación del ojo derecho seis meses. El condenado podrá pedir a su víctima que le perdone y evitar que se le deje ciego.

El número de ataques con ácido se ha incrementado notablemente en el país, sobre todo debido a disputas familiares y de honor, por lo que las autoridades han decidido imponer el concepto de "retribución" bajo la premisa del "ojo por ojo", una situación que preocupa a las ONG.

Las víctimas deciden
La 'sharia' o ley islámica permite las 'qisas' (castigos) aunque también recomienda la clemencia. Bajo la normativa iraní, las víctimas o los familiares tienen siempre la última palabra sobre este tipo de castigo, y pueden frenarlo en cualquier momento.

Por ello, no es la primera vez que un atacante es condenado a la mutilación de sus ojos en el país, aunque es el primer caso conocido en el que el castigo finalmente se ha realizado. Además del perdón de las víctimas, en la mayoría de casos los médicos emplean la objeción de conciencia para no realizar estas intervenciones.

Publicidad