Donald Trump con Mahmud Abás

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Contravendría las reivindicaciones históricas de los palestinos

Trump confirma a Mahmud Abbas su intención de mover la Embajada en Israel a Jerusalén

El presidente de EEUU ha hablado con el responsable de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y también con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, y con el rey de Jordania, Abdalá II, entre rumores de que podría reconocer a Jerusalén como capital de Israel. Varios líderes árabes han advertido de que este reconocimiento daría al traste con cualquier posibilidad de paz.

El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha hablado por teléfono con el primer ministro de Israel, Benjamin Netanyahu, con el responsable de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, y con el rey de Jordania, Abdalá II, en plena polémica por el posible reconocimiento de Jerusalén como capital del Estado israelí. La Casa Blanca ha informado de estos tres contactos, sin entrar en más detalles, y ha adelantado que es "probable" que Trump hable a lo largo del día con otros líderes internacionales.

La semana pasada, varios medios estadounidenses adelantaron que el presidente pronunciaría esta semana un discurso para reconocer formalmente Jerusalén como capital de Israel. Según estas informaciones, el reconocimiento podría producirse este miércoles, lo que ha dado pie a todo tipo de reacciones. Tanto israelíes como palestinos reivindican Jerusalén como la capital de su Estado, por lo que cualquier gesto vinculado a la ciudad está rodeado de polémica y amenaza con tumbar el frágil equilibrio en la zona.

Varios líderes árabes han advertido de que el reconocimiento que ultima Trump daría al traste con cualquier posibilidad de paz. La preocupación también ha cundido en Washington y, en particular, en el Departamento de Estado. "El inminente anuncio sobre Jerusalén me tiene muy preocupado por la posibilidad de que haya una respuesta violenta que pueda afectar a las Embajadas", ha reconocido una fuente del Departamento.

Aunque Israel considera a Jerusalén su capital, la soberanía del país sobre Jerusalén Este no está reconocida por gran parte de la comunidad internacional, que mantiene su aparato diplomático en Tel Aviv y sus suburbios. Trump prometió durante la campaña electoral de 2016 trasladar a Jerusalén la embajada de Estados Unidos en Israel, tal y como decreta una ley estadounidense de 1995.

Desde entonces, los expresidentes estadounidenses Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama prorrogaron cada seis meses la aplicación de esa ley en función "de los intereses nacionales" de Estados Unidos, y Trump hizo lo mismo por primera vez en junio. El plazo para volver a prorrogar la aplicación de esa ley se cumplió este lunes, pero Trump no envió ninguna orden al Congreso, y la Casa Blanca se limitó a indicar que haría pública una decisión al respecto "en los próximos días".

El presidente francés, Emmanuel Macron, llamó este lunes a Trump para expresarle su "preocupación" por el posible reconocimiento de Jerusalén como capital israelí, y la alta representante de la Unión Europea (UE) para la Política Exterior, Federica Mogherini, apostó este martes por encontrar una solución "negociada" para esa ciudad. El presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, amenazó incluso con la ruptura de las relaciones diplomáticas con Israel si Washington reconoce a Jerusalén como su capital, y Arabia Saudí ha tachado de "injustificada" la posible medida de Estados Unidos.

Mientras, los palestinos están preocupados también por un supuesto plan de paz de Estados Unidos, adelantado por el diario The New York Times, que dejaría a Palestina sin Jerusalén Este como capital y pondría en manos de Israel la mayoría de asentamientos judíos.

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