Agente de la Policía de Japón

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PORNOGRAFÍA INFANTIL

Desarticulan en Japón una red de pederastas tras abusar de casi 170 niños

La Policía de Japón ha detenido a seis implicados en una red de pederastia que ha abusado de al menos 168 niños de entre 4 y 13 años. El número de víctimas de la pornografía infantil en Japón ascendió a 781 en la primera mitad de 2016, un dato que lo convierte en "un centro internacional de tráfico y producción de porno infantil", según el Departamento de Estado de EEUU.

La Policía japonesa ha detenido a seis hombres bajo el cargo de participar en una red de pederastia que ha abusado de al menos 168 niños, en una macrooperación contra la pornografía infantil con vistas a un lavado de imagen de cara a los próximos Juegos Olímpicos de Tokio, según un comunicado policial recogido por los medios japoneses.

Las víctimas tenían entre 4 y 13 años y han sido identificadas en los más de 100.000 archivos en los ordenadores de los detenidos, de los que se ha incautado la Policía.

La relajada actitud de las autoridades niponas ante la explotación y el abuso sexual a los menores había sido objeto de fuertes críticas de la población y de la comunidad internacional, que obligó en 2014 al Gobierno a endurecer unas leyes que hasta entonces no contemplaban la prohibición de la posesión de material pornográfico infantil.

El número de víctimas de la pornografía infantil en Japón ascendió a 781 en la primera mitad de 2016, cifra récord y más del doble de las 384 registradas en el mismo periodo del año anterior. De hecho, el Departamento de Estado de EEUU llegó a declarar en 2013 a Japón como "un centro internacional de "tráfico y producción de porno infantil". Un año antes, la Policía nipona informó de 1.264 investigaciones sobre abusos a menores, un 98 por ciento más que en 2011.

En la operación de este viernes han sido arrestados seis individuos con edades comprendidas entre los 20 y los 66 años, algunos de los cuales trabajaban como voluntarios en colegios e institutos y algunos profesores. Su modus operandi consistía en intercambiar archivos de imágenes de manera directa, sin recurrir a Internet, para evitar su detección.

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