Un perro corre por una cinta transportadora en un aeropuerto

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AEROPUERTO EN LOS ÁNGELES | VOLABA A TOKIO

La cruel venganza de un pasajero al ver que una mujer no recoge los excrementos de su perro en el aeropuerto

Un viajero avisó a la mujer de los excrementos de su perro, a lo que la mujer respondió que había gente encargada de la limpieza en el aeropuerto. Después de ello, un viajero canadiense decidió vengarse de la mujer de la mejor manera que se le ocurrió.

¿Cree en el karma? Posiblemente la mujer de esta historia ahora sí, ya que, después de dejar los excrementos de su perro en el aeropuerto de Los Ángeles perdió su vuelo a Tokio.

Steve Hofstetter, un cómico canadiense, fue testigo en el aeropuerto de la falta de educación de una mujer que dejó los excrementos de su perro en la terminal.

Pese a que un viajero avisó a la mujer, creyendo que ésta no se había dado cuenta, ella hizo caso omiso, dejando los excrementos de su mascota en medio del aeropuerto de Los Ángeles, y alegando que hay gente en la terminal encargada de recoger la basura del suelo.

Posteriormente, Steve coincidió con la mujer en la puerta de embarque para su vuelo a Tokio y el animal no dejaba de ladrar. "No tengo nada en contra de la gente que vuela con sus perros. Yo lo hago a menudo. Pero lo considero un privilegio y me lo tomo en serio. Mi perro es educado y está amaestrado", explica en el diario Mirror.

La mujer comenzó en ese momento a hablar con su móvil a través de FaceTiming, sin auriculares y en voz alta. Fue entonces cuando Steve decidió vengarse de ella y de su mala educación.

"Me senté a su lado y le pregunté si iba a Londres por trabajo", recuerda. "Voy a Tokio", espetó la mujer, a lo que Steve le dijo: "Oh, entonces debería darse prisa, ese vuelo se ha movido a la puerta 53C. Este vuelo va a Londres", mintió.

Steve reconoce que simplemente quería que la mujer entrara en pánico por un momento, y no se imaginó que ella fuera a coger su equipaje y a salir corriendo, sin que le diera tiempo a reaccionar.

La puerta de embarque de Tokio, en la que estaban, y a la que mandó Steve a la mujer, estaban cada una en una punta de la terminal, por lo que la mujer perdió su vuelo.

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