Un grupo de refugiados en un centro de acogida de Hungría.

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CRISIS DE REFUGIADOS

Austria comenzará los controles en su frontera con Hungría

Austria anunció que restablecerá los controles en sus fronteras este y sur, en un intento de canalizar y ordenar la avalancha de miles de refugiados de Oriente Medio que siguen llegando desde el país vecino.

La ministra del Interior, Johanna Mikl-Leitner, envió una carta a la Comisión Europea anunciando estos controles, centrados en una primera etapa en la frontera con Hungría, con la ayuda de 600 soldados del Ejército federal austríaco.

"La intensidad de los controles se limitará a lo que se considere necesario para la seguridad", reza la carta de la ministra, dirigida al comisario europeo de Inmigración, Dimitris Avramopulos.

Los controles se irán estableciendo de forma paulatina ante "la dimensión masiva del flujo de ciudadanos de terceros países (no comunitarios), para no arriesgar el orden público y la seguridad interior", agregó la ministra.

"También los aspirantes al asilo deben aceptar que no pueden escoger el Estado miembro de la UE que les concederá asilo", advirtió Mikl-Leitner en su carta.

Austria asume de esta forma la misma postura de la vecina Alemania, que seguirá aceptando a entre 2.500 y 3.500 refugiados por día que pasan por la república alpina procedentes de Hungría.

Así lo dijo a la emisora pública ORF el vicecanciller austríaco, Reinhold Mitterlehner, tras una reunión con la canciller alemana, Angela Merkel, celebrada hoy en Berlín. "Los refugiados podrán seguir su viaje (a Alemania), pero no como hasta ahora", aseguró el jefe adjunto del Gobierno austríaco.

Los controles en la frontera austro-alemana motivaron hoy largos atascos en las carreteras de enlace entre ambos países. Los conductores, acostumbrados a pasar de un país a otro sin retención alguna, tuvieron que esperar hasta dos horas.

El sector del transporte austríaco advirtió hoy de que está perdiendo unos 2,5 millones de euros por día con estos controles. Mientras, las autoridades austríacas y organizaciones de ayuda humanitaria buscan nuevos alojamientos para poder dar cobijo a los miles de refugiados que siguen cruzando la frontera desde Hungría.

En las últimas 24 horas se han establecido unas 20.000 plazas para pasar la noche en diferentes puntos del país, sobre todo en Viena, en la región fronteriza de Burgenland y en las ciudades de Graz y Salzburgo, adonde llega la mayoría de los refugiados antes de seguir su viaje a Alemania.

A partir de mañana por la mañana, la Policía y el Ejército austríaco registrarán a cualquier refugiado que cruce la frontera. Para ello, se usarán nuevamente los puestos fronterizos abandonados cuando Hungría entró en la zona Schengen, de libre circulación comunitaria, en diciembre de 2007.

Si los inmigrantes piden asilo, serán enviado al principal centro de acogida primaria, en Traiskirchen, al sur de Viena. Si desean seguir hacia Alemania, los refugiados serán alojados en uno de los nuevos centros improvisados, donde deberán esperar hasta poder continuar su viaje, sea en autobús o en trenes.

A diferencia de los días anteriores, ya no se ofrecen trenes especiales para los refugiados, ya que las autoridades alemanes registran solo los trenes regulares, según informa ORF. Esta situación ha creado una acumulación de cerca de 20.000 refugiados en Austria en el día de hoy. Para este año, las autoridades austríacas esperan en total unas 85.000 solicitudes de asilo político, cuatros veces más que el año pasado, lo que exigirá un presupuesto de unos 1.000 millones de euros para poder abastecer adecuadamente a los refugiados.

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