El líder de la oposición Bill Shorten (d) sale de su casa en un vehículo con su esposa, en Melbourne (Australia).

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LOS RESULTADOS PUEDEN DEMORARSE HASTA UN MES

Australia reanuda el recuento de votos para determinar al ganador de las elecciones

La Comisión Electoral Australiana (AEC) ha comenzado a contar los votos emitidos por correo para las elecciones generales del pasado sábado, que no han arrojado un claro ganador, mientras el ejecutivo y la oposición prosiguen las negociaciones para formar un gobierno en minoría.

La AEC ha advertido de que los resultados pueden demorarse hasta la semana que viene o incluso un mes, debido al complejo sistema de recuento australiano. El portal de la comisión indica que el Partido Laborista, de Bill Shorten, tiene 71 escaños; la coalición Liberal-Nacional del primer ministro, Malcolm Turnbull, 67; 6 estarían en manos de las formaciones minoritarias e independientes y otros 6 en duda.

Pero los cálculos de la cadena local ABC indican que la coalición gobernante tiene 68 escaños, 67 los laboristas, 5 las formaciones minoritarias e independientes y unos 10 escaños están en duda, aunque estas cifras pueden cambiar a lo largo de la jornada.

Ninguno de los partidos se acerca a los 76 escaños necesarios para alcanzar la mayoría en el Congreso, que nombra el Gobierno. El fiscal general, George Brandis, dijo que la Coalición se mantiene "bastante confiada" en conseguir "una mayoría suficiente" en la Cámara Baja, a la espera de que el "resultado final en los escaños fuertemente disputados estén disponibles en los próximos días", según declaraciones citadas por la ABC.

La Coalición cree que los votos postales les favorecerán, aunque algunos analistas consideran que el número máximo de escaños que alcanzarán será de 75, uno menos que la mayoría requerida. En el caso de que la coalición no alcance las cifra de 76 escaños, el viceprimer ministro, Barnaby Joyce, confió en lograr que los diputados independientes apoyen a la coalición.

Por su lado, el diputado laborista Anthony Albanese admitió anoche en el canal ABC que la oposición no logrará los 76 votos necesarios para gobernar por sí solos, pero resaltó que "Shorten es un negociador fuerte" a la espera de que una hipotética alianza le lleve hasta el poder. El nuevo gobierno australiano tendrá además una Cámara Alta potencialmente hostil ya que deberá lidiar con unos diez senadores de partidos minoritarios e independientes, entre ellos el grupo xenófobo Una Nación liderado por Pauline Hanson.

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