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ALGUNOS FAMILIARES DAN POR HECHO QUE NO HAY SUPERVIVIENTES

La confirmación de una explosión en el mar horas después de la última comunicación del submarino argentino desata la desesperanza

La Armada argentina ha confirmado la "explosión" que se detectó el 15 de noviembre pasado en la zona del océano Atlántico en la que ese mismo día se reportó por última vez el submarino ARA San Juan y ha evitado pronunciarse sobre el estado en que pueden encontrarse sus 44 tripulantes.

La confirmación por parte de la Armada argentina de que se registró en el mar una explosión apenas horas después de la última comunicación del ARA San Juan ha desatado la desesperanza sobre el destino de los 44 tripulantes del submarino, cuyos familiares viven horas de profundo dolor. La Armada informó de que el "incidente hidroacústico" captado en la mañana del miércoles 15, unas tres horas después del último reporte de posición desde el submarino, fue "anómalo, singular, corto y violento, no nuclear, consistente en una explosión".

De ese evento hidroacústico, registrado a 27 kilómetros de la última posición conocida del submarino -con un círculo probable de error de 125 kilómetros-, había advertido este miércoles Estados Unidos. Rafael Grossi, embajador argentino en Viena, donde funciona la Organización de Control de Test Nucleares, dijo hoy que esa entidad también registró el incidente hidroacústico. A partir de ese dato, se concentró la exploración en el sector, con diez barcos y tres aviones, pero sin descuidar las operaciones de búsqueda en otras áreas, con otros nueve barcos y aeronaves, aunque sin resultados favorables.

El ARA San Juan, un submarino de fabricación alemana incorporado a la Armada argentina en 1985 y reacondicionado hace pocos años, había partido el día 13 de Ushuaia, en el extremo sur de Argentina, y regresaba a su base en Mar del Plata, a 400 kilómetros al sur de Buenos Aires. "No descartamos nada porque todavía nos está faltando saber dónde está el submarino y nuestra gente", dijo el portavoz de la Armada, Enrique Balbi, en el último informe oficial del día.

Dos días después de su partida, en la mañana del día 15, la nave reportó su posición en la zona del Golfo de San Jorge, a 432 kilómetros de la costa argentina, y desde entonces no se sabe más de ella. La noticia de la explosión, que oficialmente la Armada no ha confirmado que sea del submarino, ha sido un duro golpe para los familiares de sus 44 tripulantes, que esperaban alguna señal esperanzadora en la base de Mar del Plata.

Allí se han visto escenas de hondo dolor después de que las autoridades comunicaran a las familias de los submarinistas la última novedad. "No sé si van a volver sus cuerpos, y eso es lo que más me duele porque no le voy a poder llevar una flor", dijo Jessica Gopar, esposa del cabo principal Fernando Gabriel Santilli, uno de los 44 desaparecidos. Entre las críticas por las demoras en la búsqueda, la falta de información y el presunto mal estado del navío, en su drama personal el común denominador entre los familiares es de angustiosa desesperanza.

"Me llamó el jefe de mi hijo desde la base de Mar del Plata confirmando la explosión y que están todos muertos", contó Luis Tagliapietra, padre del teniente Alejandro Damián. En rueda de prensa, Balbi aseguró que ninguna unidad de la Armada zarpa sin estar en condiciones operativas de "total seguridad", negó que la Armada tuviera el dato sobre la anomalía acústica con anterioridad a este miércoles y aseguró que el inicio del plan de búsqueda del submarino se hizo en "tiempo y forma".

"Es un momento crítico. Entendemos a los familiares, los acompañamos en la preocupación, en la incertidumbre. (...) Estamos trabajando para tratar de detectar y localizar el submarino", afirmó el portavoz de la Armada. Consultado sobre las declaraciones acerca de la supuesta muerte de los submarinistas, insistió en que, hasta que no se tenga una "evidencia certera de dónde está" el submarino, no se puede "concluir con una afirmación contundente" sobre qué sucedió con la tripulación.

El ministro de Exteriores argentino, Jorge Faurie, expresó su solidaridad con los familiares de los marinos y el agradecimiento a los cerca de 4.000 profesionales de Argentina y de otros trece países que participan en el operativo de búsqueda. "Hoy es un día de bastante angustia e inquietud para todos los argentinos. Nosotros, como toda la población, estamos muy movilizados", dijo hoy Faurie, el único miembro del Gobierno que se ha pronunciado sobre este asunto, ya que hasta ahora ni el ministro de Defensa, Oscar Aguad, ni el presidente, Mauricio Macri, salvo una breve mención en un acto hace dos días, han salido públicamente a hablar del suceso.

La búsqueda continúa en una amplia zona del Mar Argentino, aunque con los esfuerzos concentrados en el punto de la explosión captada, adonde llegó hoy el buque Skandi Patagonia, de la petrolera francesa Total, con militares argentinos y equipos de rescate de la Armada estadounidense. En el puerto de Comodoro Rivadavia continuaba el alistamiento del buque Sophie Siem, de la petrolera chilena Sipetrol, para embarcar más material de rescate de la Armada de Estados Unidos.

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