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TRAS PERDER EL REFERÉNDUM SOBRE LA INDEPENDENCIA

Los nacionalistas escoceses confirman su dominio con 56 de los 59 escaños en juego

La formación que lidera Nicola Sturgeon pasará de 6 a 56 diputados de los 59 que se jugaban en Escocia. Este avance se produce a costa del partido laborista, que ve su representación en Westmister notablemente mermada y sus posibilidades de formar gobierno desaparecen.

El Partido Nacionalista Escocés (SNP, en sus siglas en inglés) ha confirmado las expectativas generadas por las encuestas ante sus posibilidades en las generales británicas celebradas este jueves, ya que el fin del escrutinio les ha otorgado hasta 56 de los 59 escaños que se jugaban en Escocia.

El hito, que se produce apenas ocho meses después de la derrota de la independencia en referéndum, dispara su presencia en la Cámara de los Comunes respecto a los seis diputados que había conseguido en 2010, si bien este éxito no se traducirá en la anticipada influencia sobre un potencial gobierno en minoría, puesto que los conservadores han desafiado todas los sondeos y tienen abiertas las puertas de Downing Street sin depender de otras fuerzas.

El exministro principal escocés Alex Salmond, quien se incorpora al Parlamento británico tras haber renunciado a la jefatura del Gobierno escocés tras el 'no' en el plebiscito de septiembre, ha expresado el entusiasmo de una formación que ha visto un auge sin precedentes en su popularidad en los últimos meses. "El león escocés ha rugido esta mañana a lo ancho y largo del país", proclamó tras confirmar su asiento por la circunscripción de Gordon.

El resultado, de hecho, sorprendió a su sucesora al frente de ejecutivo y partido, Nicola Sturgeon, quien al principio de la noche había considerado "improbable" los 58 diputados que la encuesta de la BBC a pie de urna les había atribuido. La otra cara de la moneda ha sido el Laborismo, que ha sido barrido del que hasta ahora constituía uno de sus principales bastiones.

Los malos presagios que las encuestas les pronosticaban, de hecho, se confirmaron con la pérdida del escaño dos históricos del partido, el estratega jefe de la campaña y aspirante a ministro de Exteriores en un potencial gobierno y el líder de la formación en Escocia, que tras 18 años ininterrumpidos en el Parlamento se han visto derrotados por los aspirantes del SNP.

El golpe es significativo, puesto que supone la salida de dos destacados miembros del a hornada de diputados que accedieron a Westminster con la histórica victoria de Tony Blair en 1997: Douglas Alexander, responsable de la campaña de una formación cuyos resultados están resultando peores de lo que habían augurado los sondeos, y Jim Murphy, quien había asumido el timón del Laborismo en Escocia en diciembre para recuperar al partido tras las divisiones provocadas por el referéndum de independencia.