Alfredo Pérez Rubalcaba dejará de ser el líder socialista, pero eso ocurrirá después de que Felipe de Borbón sea proclamado rey. Hoy se le ha preguntado al líder del PSOE si la abdicación de Su Majestad se precipitó para que ocurriera antes del cambio en el PSOE. La respuesta, sin palabras, de Rubalcaba ha sido clara: de la sonrisa pasó a la carcajada abierta.
Si nos remontamos una semana al momento de la abdicación, el escenario de la noticia era este: en la sede del PSOE Rubalcaba comparecía, tras el batacazo electoral, para anunciar que tiraba la toalla, aunque no dimitía. Un dato importante visto a posteriori.
El cambio en la Jefatura del Estado será con él al frente del PSOE y no con quien le suceda. Se desconoce quién cogerá las riendas del partido y si podría apoyar un referéndum sobre la monarquía.
El anuncio del rey coincidió con la reunión ya prevista de la dirección del PSOE. Si en ese encuentro algún dirigente socialista pensó en forzar una gestora debería haberlo planteado, pero nadie dio ese paso.
La que más poder tiene para pedirlo es la presidenta de Andalucía, pero a Susana Díaz días antes de esa reunión se le informó de la abdicación. Solo quince personas sabían las intenciones del Rey; según fuentes de Casa Real, se lo comunicó a Rajoy en marzo y a Rubalcaba en abril
Reunión en el Palacio de la Zarzuela
El jueves pasado, cuatro días antes, se produjo una reunión al más alto nivel en el Palacio de la Zarzuela. Asistieron cuatro personas: el Rey, su hijo, el príncipe Felipe, el presidente del gobierno Mariano Rajoy y el todavía líder de la oposición Alfredo Pérez Rubalcaba,
