Todo está listo para la semana clave del desafío soberanista catalán. A lo largo de los próximos días se despejará el camino a seguir para superar esta crisis. Un camino que nunca antes se había transitado en la Democracia de España.
Este lunes a las 10 de la mañana es la hora límite para que el presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont, envíe una respuesta al requerimiento del Gobierno central, que pedía al político catalán que aclarara si había declarado la independencia el pasado martes durante su discurso en el Parlament.
En caso de que la respuesta sea afirmativa o confusa, el artículo 155 de la Constitución española seguiría su curso y se abriría un segundo plazo: el definitivo, que acaba este jueves.
Puigdemont tiene hasta el próximo jueves 19 para volver a la senda de la legalidad y rectificar oficialmente. En caso de que no lo haga, el Gobierno tomaría medidas inmediatamente y sería el turno del Senado.
Allí, donde el Partido Popular tiene mayoría absoluta, se aprobaría la aplicación del artículo 155 y el siguiente paso sería el bloqueo institucional, es decir, la suspensión temporal de las instituciones catalanas, como ya anticipó el fiscal general del Estado, José Manuel Maza.
Se podría nombrar una nueva estructura de Gobierno para llevar el día a día de la administración. En este punto se barajan dos opciones: uno con técnicos del Estado o bien uno de concentración, reuniendo a políticos de todos los partidos.
Además a todos estos posibles se le suma otra opción que cobra fuerza: la convocatoria de elecciones en Cataluña.
La respuesta de Puigdemont llegará además al mismo tiempo que vuelven a la Audiencia Nacional para declarar por un supuesto delito de sedición el jefe de los Mossos d'Esquadra, Josep Lluis Trapero y los líderes de las entidades independentistas ANC y Omnium, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart.
