Agentes antidisturbios de la Policía Nacional y de los Mossos d' Esquadra

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SEGÚN SEÑALA EL INFORME

Mandos de los Mossos pidieron a los agentes que "dejaran solos" a guardias civiles y policías en sus actuaciones del 1-O

Así consta en el informe sobre los correos de Trapero que la Guardia Civil ha remitido a la Audiencia Nacional. Según el documento, el Mayor sabía que los colegios se ocuparían los días previos y que habría murallas humanas pero no pidió ayuda a FCSE

Los mandos de los Mossos d'Esquadra dieron órdenes a los agentes para que dejaran solos a los policías y guardias civiles si éstos actuaban en los puntos de votación el día del referéndum ilegal por la independencia celebrado el pasado 1 de octubre.

Así consta en el informe realizado por la Guardia Civil sobre los correos del Mayor de los Mossos, Josep Lluís Trapero, y que ha sido remitido al Juzgado de Carmen Lamela en la Audiencia Nacional. En él se precisa que los Mossos sabían que se iban a ocupar con antelación los colegios y que se podían formar "murallas humanas" y aún así, "no aceptaban el órgano de coordinación, no solicitaron apoyo a las FCSE" y no propusieron "medida alguna" para tratar de impedir el 1-O.

Según este informe, el Cuerpo de los Mossos d'Esquadra tenía información previa de los planes que iban a ejecutar los defensores del movimiento soberanista para asegurar la realización del referéndum ilegal como la ocupación de los centros o la creación de los Comités de Defensa del Referéndum (CDR).

Así se recoge en un informe de valoración que el Intendente Miquel Justo Medrano, de la Comisaría General de Información de los Mossos, remitió por e-mail el 27 de septiembre al Mayor Trapero. En él se dice que algunos dirigentes del movimiento independentista habían manifestado abiertamente que estar una hora antes de la apertura de los colegios electorales no sería suficiente para evitar que Guardia Civil, Policía y Mossos impidieran la celebración del referéndum.

Por ello, el Intendente Miquel Justo afirmaba en ese correo para Trapero que era de suponer que los defensores del 1-O realizarían una movilización permanente ante los centros o dentro de éstos los días previos, ya que la Fiscalía había ordenado a los Mossos que los precintaran antes del 30 de septiembre. "Esta acción de defensa de los puntos de votación podría iniciarse la tarde-noche del 28 o durante el día 29", resumía el texto.

Además, en ese correo para el Mayor de los Mossos se añadía que estaba previsto que para el 1-O asistieran a la movilización personas de la izquierda abertzale y que, por lo que sabían, esas personas se desplazarían a Barcelona en autocares. Junto a ello, el Intendente precisaba que la estrategia a seguir por parte de los defensores del referéndum sería la de "poner en práctica dinámicas d'Askegune (murallas humanas) que podrían comportar incidentes".

Tras exponer pruebas del análisis que habían hecho los Mossos sobre la situación, La Guardia Civil hace constar en su informe para la juez que la policía autonómica catalana había hecho también un estudio sobre las necesidades humanas que conllevaría establecer cordones de seguridad en todos los centros de votación y que habían concluido que precisarían de 40.000 efectivos.

La Guardia Civil recalca que, sin embargo, "a pesar de todo ello, (los Mossos) no aceptaban el órgano de coordinación, no solicitaron apoyo de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y no propusieron en el ámbito de la coordinación o en el del propio Cuerpo medida alguna para tratar de impedir el referéndum".

Por el contrario, la Prefectura del Cuerpo de los Mossos dio "instrucciones verbales a los agentes" tal y como se recoge en uno de los correos enviado desde el sindicato USPAC al Mayor Trapero en el que se exponía que se habían cumplido "estrictamente sus órdenes" y que "todos sabían las órdenes que se habían dado en las comisarías el viernes 20 y el 30 de septiembre y si no lo sabían que preguntasen a sus jefes".

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