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TRAS LA INVESTIDURA FALLIDA DE TURULL

La decisión que tome hoy el Supremo deja en el aire la segunda sesión de investidura convocada para este sábado por la mañana

El pleno de investidura celebrado este jueves ha sido agitado y fallido. Jordi Turull se fue del Parlmant como llegó, sin ser investido president de la Generalitat. Los independentistas de la CUP mantienen la llave de la mayoría absoluta. La sesión de este jueves sí ha servido para que comience a contar el plazo hacia unas nuevas elecciones si no se nombra president.

Jordi Turull no se presentará hoy ante el Supremo como presidente de la Generalitat. En el pleno de investidura fallida, sólo recibió 64 apoyos. La CUP le negó, con su abstención, los 4 votos decisivos para la mayoría absoluta. Votaron en contra 65 diputados, incluidos los Comunes. Hasta aquí la operación Turull.

El candidato, con la vista puesta en su cita con el juez del Supremo, apeló al diálogo y evitó las referencias a la independencia y a la República. Un proyecto que, lamentaba la CUP, supone la vuelta al autonomismo y que se salda con la ruptura del bloque independentista.

Queda además en el aire la segunda sesión de investidura de este sábado, que prosperaría con mayoría simple, a la espera de que Turull hoy ingrese o no en prisión. Lo que sí ha puesto ya en marcha la votación de este jueves es el reloj de la legislatura.

El Supremo estudiará esta mañana el posible ingreso en prisión preventiva de Jordi Turull a quien además procesará junto a la gran mayoría de los imputados en el caso del proceso independentista de Cataluña.

El juez que instruye este sumario, Pablo Llarena, comunicará a los implicados sus autos de procesamiento y, además, celebrará una vistilla para posibles medidas cautelares sobre la expresidenta del Parlament Carme Forcadell, Marta Rovira (ERC) y los exconsellers Jordi Turull, Raúl Romeva, Josep Rull y Dolors Bassa. El juez Llarena comunicará los autos a la mayor parte de los 28 imputados en este caso a las 10:30 horas.

El 22 de mayo es ahora la fecha límite para que sea investido un presidente y haya gobierno en Cataluña. Si no se consigue, se disolvería automáticamente el Parlament y los catalanes tendrían que volver a las urnas 54 días naturales después del decreto de convocatoria de elecciones, a mediados de julio.

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