Tan claro tenía Antonio Baños que nunca aceptarían a Artur Mas como presente de la Generalitat que en una entrevista a un diario digiltal, una semana antes de las elecciones, intentaba tranquilizar a su electorado de la siguiente manera: "Nunca votarán una investidura de Mas. Nunca es nunca. Nunca, nunca y nunca".

"Nunca es nunca"

Esta negativa la trasladaron al parlamento catalán en la primera votación de investidura y en la segunda.

La CUP insistía entonces en la necesidad de un candidato alternativo, mientras que Artur Mas redoblaba sus ofertas: desde despojar de poder la presidencia y repartirlo en tres vicepresidencias hasta un plan de choque con importantes concesiones a los anticapitalistas.

Con todo esto sobre la mesa, llega la primera asamblea de la CUP.