Publicidad

TRES AÑOS DE PARTIDO

Podemos: de la ascensión a los cielos a la división

Podemos se creó hace tres años y tuvo una fulgurante entrada en la política española. En sus primeras elecciones generales consiguió 69 escaños, y en las primeras municipales consiguió varias de las alcaldías más importantes del país. Sin embargo, ahora está inmerso en un proceso de división interna personalizado en sus principales dirigentes.

De imagen de unidad de los cinco fundadores de Podemos en la asamblea de Vistalegre queda poco ya. En dos años el partido se ha disgregado y aquel abrazo se ha roto. La diferencias entre Pablo Iglesias e Íñigo Errejón son irreconciliables, las sonrisas de aquellos días se han borrado.

Ahora Errejón se postula con un "la unidad en Podemos ya no se va a decretar, ya no se construye a golpe de corneta". Una lucha interna que se ha llevado por el camino a Carolina Bescansa, todo un símbolo de Podemos, que no se va a presentar en el congreso de dentro de una semana. La 'número 3' y cofundadora del partido, muy cercana a Pablo Iglesias, abandona la dirección. Ya se había distanciado de Iglesias y avisado de que no le gustaba el rumbo de esta batalla: "Un partido de ping-pong en el que dos jugadores impiden que el resto de la organización se exprese".

Tampoco sigue cerca de Iglesias, Luis Alegre, que se aproxima más a la ideas de Errejón. Al lado del secretario general ya solo queda un fiel Monedero, apartado de la dirección tras sus problemas con el fisco, que acusa de ambición a sus compañeros: "Íñigo y Carolina se estaban peleando por ver quién era el número dos".

Dentro de una semana, en la próxima asamblea de Vistalegre, es muy difícil que la imagen de los fundadores juntos se vuelva a repetir.

Publicidad