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CRECE LA TENSIÓN

Ciudadanos considera "impropio de una Democracia" la corrupción del PP, que contraataca pidiendo la dimisión de Rivera por las deficiencias en las cuentas del partido

La legislatura ha entrado en una fase de creciente tensión entre Ciudadanos y el Partido Popular. Los sondeos han dado alas al partido de Albert Rivera ante la perspectiva de optar al poder en unas próximas elecciones motivando así los choques entre ambas formaciones. El partido naranja presiona ahora al PP con los casos de corrupción y la formación de Rajoy responde con algunas sospechas sobre las cuentas de Ciudadanos.

El presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, ha afirmado este martes que el enfrentamiento entre la presidenta de la Comunidad de Madrid, Cristina Cifuentes, sus antecesores en el cargo Ignacio González y Esperanza Aguirre y el exconsejero madrileño Francisco Granados a cuenta de la corrupción es "impropio de un partido de gobierno".

Así se ha referido Rivera, en una reunión con el grupo de Ciudadanos en el Congreso, a las acusaciones que Francisco Granados, exsecretario general del PP de Madrid, lanzó este lunes contra Cifuentes, González y Aguirre durante su comparecencia en la Audiencia Nacional sobre la trama Púnica, y a la intención de la presidenta regional de querellarse contra él por asegurar que conocía la financiación ilegal del partido. "Esto es impropio de un partido político que gobierna España, es impropio de una democracia y es propio de otras cosas", ha manifestado, añadiendo que es necesario que estos políticos den explicaciones en la comisión del Congreso que analiza la financiación irregular del PP.

El líder de Ciudadanos ha indicado que, mientras tanto, el extesorero del PP Luis Bárcenas ha confirmado ante el juez que el exsecretario general del PP valenciano Ricardo Costa le avisó de que había recibido instrucciones del partido regional para hacer facturas falsas a empresarios para que les sufragasen campañas electorales.

"Es un culebrón", ha comentado sobre los casos de corrupción que afectan a los 'populares' en distintos territorios. Lo que espera es que los "nervios" del PP y su "descomposición" por la corrupción no afecten a la estabilidad de España y que "sea capaz de apartar su batalla interna de la gestión del Gobierno", trabajando, entre otras cosas, para la aprobación de los Presupuestos Generales del Estado de 2018.

Incumplimiento del pacto de investidura

El líder de la formación naranja ha acusado al presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, de incumplir el pacto de investidura que firmó con Cs en los apartados relativos a la reforma electoral, la eliminación de los aforamientos políticos o la renuncia al cargo público de quienes están investigados por corrupción política, ya que la senadora Pilar Barreiro continúa en su escaño.

"Vamos a ver si hace pleno al quince y también incumple con la reforma de la Fiscalía y la reforma de la Justicia", ha dicho sobre otras de las propuestas de Ciudadanos.

Según ha indicado, al negociar aquel acuerdo su partido pensaba que "la palabra dada tenía un valor en política", y su deseo es que el Gobierno cumpla porque esa será "la mejor manera de que esta legislatura sea fructífera y se agote cuando tiene que agotarse, en 2020".

Por eso, ha pedido al Ejecutivo de Rajoy que rectifique y que, "en vez de criticar e insultar a Ciudadanos, se dedique a trabajar por España" y no ponga "en jaque" la estabilidad en el ámbito nacional, en comunidades autónomas y en municipios "por una cuestión personal o partidista".

El PP emplaza a Rivera a dimitir por el informe del Tribunal de Cuentas que no avala la contabilidad de Cs

El PP ha emplazado al presidente de Ciudadanos, Albert Rivera, a presentar su dimisión por el informe del Tribunal de Cuentas en el que no se da el visto bueno a la contabilidad del partido naranja de 2015 por una serie de deficiencias que limitaban el alcance del examen. "No arrastre más los pies -ha dicho Juan Bravo- ¿Quién va a dimitir en su partido? Rivera debería".

El emplazamiento se ha producido en la Comisión Mixta (Congreso-Senado) de relaciones con el Tribunal de Cuentas después de que el presidente de la institución, Ramón Alvarez de Miranda, hubiera presentado el informe sobre los estados contables de los partidos en los años 2014 y 2015.

Once partidos suspendidos

En ese informe, dado a conocer en vísperas de Nochevieja, el Tribunal de Cuentas da su aval, aunque con salvedades, a las contabilidades de 20 partidos respecto del ejercicio 2014, y de 19 en cuanto a 2015, incluyendo al PP, al PSOE y Podemos, pero no da su visto bueno a siete formaciones en 2014 -Izquierda Unida (IU), Compromís, Aralar, EH Bildu, Convergència (CDC), Eusko Alkartasuna (EA) y Partido Aragonés-, y hasta nueve en 2015 -las mismas más Ciudadanos y EH Bildu-, debido a las limitaciones al alcance y/o a la importancia cualitativa de las salvedades puestas de manifiesto.

Bravo se ha preguntado qué se puede esperar en el Gobierno de un partido que "no es capaz de gestionar ni su patrimonio" y ha dado por acabado el discurso de Ciudadanos que presumía de no tener irregularidades. Y en ese contexto, y recordando la exigencia de dimisiones que Rivera plantea al Gobierno en otros temas, ha remachado: "Ante un informe ya fiscalizado, no arrastre más los pies ¿Quién va a dimitir en su partido? Rivera debería".

A la críticas se ha sumado también el representante de ERC, el senador Bernat Picornell, quien ha recordado que Ciudadanos decía tener "las manos limpias" y ahora "lo debe demostrar" porque "no es de recibo" que sus cuentas haya sido rechazadas.

Antonio Hurtado, del PSOE, también se ha referido a Ciudadanos, haciendo hincapié en que "venía a regenerar la vida política" y resulta que "es el único" de los cuatro grandes que no tiene cuentas representativas, en su primer año, por lo que debería dar "cuenta y razón".

Desde Ciudadanos, su portavoz, Saúl Ramírez, se ha defendido alegando que 2015 fue el año de su expansión, a la vez que ha remarcado que las denuncias del Tribunal de Cuentas ya han sido subsanadas y que Transparencia Internacional le da la nota más alta.

A partir de ahí, ha devuelto las acusaciones a lo que considera "el viejo bipartidismo" de PP y PSOE por "limitar" las cuentas que ofrecen al tribunal, "cerrar la puerta a la regeneración" y atacar al partido naranja por "salvedades" que a su juicio ya están "subsanadas".

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