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ACABA LA X LEGISLATURA

Besos, abrazos y selfis despiden la legislatura en el Congreso

Como en el último día de colegio antes del verano, los diputados se han despedido este miércoles de la X legislatura con besos y abrazos, fotografías de grupo en el hemiciclo y en el patio del Congreso, selfis desde el escaño, algún adiós emocionado de los que ya tienen claro que no volverán, y hasta un amago de baile.

Pese a los dos intensos meses que quedan por delante y a los duros reproches que se lanzarán unos y otros hasta las elecciones del 20 de diciembre, sus señorías han aparcado por unos minutos sus diferencias y se han deseado buena suerte en el uso de la "cortesía parlamentaria".

Durante las últimas semanas, los diputados que ya no van en las listas o que abandonan la primera línea política, han ido aprovechando sus últimas intervenciones en la tribuna para dar las gracias, valorar lo que han aprendido y remarcar su orgullo por haber prestado un servicio a los ciudadanos.

Hoy no ha sido una excepción, y en la última sesión de control de la legislatura ministros, portavoces de la oposición y diputados de a pie han hecho balance de estos cuatro años y han lanzado sus deseos para lo que viene por delante. Luego, una vez acabado el debate político, sus señorías han bajado del escaño y han comenzado a repartirse apretones de manos, besos y abrazos.

Se han hecho decenas de fotografías en el salón de plenos, algunos con la seguridad de que no volverán a sentarse en un escaño y otros con la incertidumbre del resultado electoral de unos comicios más abiertos que nunca.

Uno de los que se han inmortalizado en el hemiciclo ha sido el portavoz de Unió, Josep Antoni Duran Lleida, que ha convocado a los diputados de su partido para una foto de grupo en sus escaños. Instantánea que una diputada del PSOE que pasaba por allí ha comentado irónica: "Esa foto ya no se repetirá".

Mientras los parlamentarios de Unió posaban para esa imagen, a pocos metros un nutrido grupo de diputadas del PP hacían lo propio, abrazadas, canturreando y hasta bailando tímidamente una canción de moda. Ya fuera del hemiciclo y en el pasillo, un diputado reclamaba a gritos una despedida como es debido: "¡Oye, dame un beso que yo no vuelvo!".

Otro de los que se ha llevado más de un abrazo ha sido el diputado más veterano de la Cámara, el 'popular' Juan Manuel Albendea, de 78 años, y que ya no irá en la listas de su partido. Casi todos, jóvenes y mayores se despedían también de Paloma, apreciada ujier del Congreso que se conoce la Cámara y sus variopintos inquilinos como su propia casa.

Los periodistas parlamentarios, no siempre bien recibidos por los políticos en sus "combates" informativos, también han recibido su ración de besos y adioses. El ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, un habitual del "canutazo", el corrillo y la conversación informal con los periodistas, se ha despedido de los informadores con su legendario tono irónico.

"Les voy a echar de menos, porque la política también se hace en este pasillo", ha dicho entre risas Montoro, que ha dejado bien claro que no es una despedida "para siempre", no vaya a ser que alguien piense que se da como amortizado. También su colega de Sanidad, Alfonso Alonso, ha tenido palabras para los periodistas.

"No pienso echarles de menos porque no voy a dejar de verles. ¿Cómo voy a vivir sin ustedes?", ha bromeado. Precisamente Alonso ha sido el encargado de protagonizar la última intervención ante el pleno de toda la legislatura, respondiendo a una pregunta en la sesión de control.

Dos minutos que Alonso ha aprovechado para decirle a los diputados del PP que se sientan "orgullosos" de haber sido diputados en estos "tiempos difíciles". Le ha seguido en el uso de la palabra el presidente del Congreso, Jesús Posada, que ha cerrado la legislatura sin más preámbulos: "Muchas gracias señor Alonso, con sus palabras terminamos la legislatura. Se levanta la sesión". El próximo capítulo, a partir del 20 de diciembre.

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