El etarra Juan Jesús Narváez Goñi, 'Pajas'

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PERTENECÍA A LA BANDA TERRORISTA ETA

104 años de cárcel para el etarra Narváez Goñi por atentar contra la Casa Cuartel de Torremolinos

La Audiencia Nacional ha condenado a Narváez Goñi a 104 años de cárcel por el atentado que cometió en 1991 contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil. Además de los destrozos materiales, resultaron heridas cuatro personas. Fue detenido en México y ya ha sido condenado a 60 años de prisión por asesinar a dos policías en Barcelona.

La Audiencia Nacional ha condenado a 104 años y 4 meses de cárcel al etarra Juan Jesús Narváez Goñi, Pajas, como autor de un atentado con coche bomba contra la Casa Cuartel de la Guardia Civil en Torremolinos (Málaga), en el que resultaron heridas 3 mujeres y una niña, el 16 de abril de 1991.

La principal prueba en la que se basa la sección primera de la Sala de lo Penal para condenarle es la adquisición en abril en Málaga del vehículo de segunda mano usado como coche bomba. Compra que el mismo admitió en el juicio haber hecho por orden de miembros de ETA, aunque creyendo que iban a utilizarlo para sus desplazamientos, y explicó que después se lo entregó a otra persona, a la que no quiso identificar.

"La inmediatez temporal entre la compra del auto y la explosión del coche bomba -cinco o seis días- es sugestiva de la integración de Narváez en el plan para atentar contra la casa cuartel (...) porque cuando se adquiere el vehículo el proyecto delictivo estaba en marcha", explica la sentencia. Esa inmediatez temporal, añade, "es un indicador riguroso de la intervención de Narváez en el atentado más allá de la mera adquisición" del vehículo, a lo que añade la certeza de que el acusado en 1991 estaba ya integrado en el comando Ekaitz de ETA.

Además, el acusado tenía "el conocimiento necesario para elaborar el artefacto y hacerlo funcionar como coche bomba" como acredita un cuaderno intervenido al comando con anotaciones manuscritas suyas sobre "la forma de alimentar explosivos múltiples".

A todo esto se une el hecho de que el coche adquirido por Narváez -que formaba parte de "una estructura clandestina" de carácter itinerante y "con problemas de abastecimiento de coches"- contara con 12 años de antigüedad. "Es decir, poco apto para desplazamientos rápidos", lo que, según la sentencia, quiebra su alegación de que pensaba que iba a ser utilizado para los desplazamientos de la banda.

La Sala rechaza también que el material probatorio con que cuentan para condenar a Narváez sea el mismo que le llevó a ser absuelto en otras dos causas por las que ha sido juzgado desde su entrega a España desde México en 2014, ya que "allí no se contaba con el dato de la adquisición del auto, de la presencia en el lugar del hecho y de la inmediatez con el atentado".

Por todo ello consideran probado, que el comando que integraba el acusado junto a José Luis Urrusolo Sistiaga recibió la orden de colocar un coche bomba frente a la casa cuartel de Torremolinos, "con la intención de causar importantes daños personales y materiales". Para perpetrar el atentado, Narváez Goñi, ya condenado a 60 años de cárcel por el asesinato de dos policías en diciembre de 1991, adquirió un Renault 5 a un particular diciendo que era para su esposa, facilitando un nombre y domicilio inventado.

Los miembros del comando le sustituyeron las placas de matrícula por una doblada a un vehículo italiano y le colocaron una carga explosiva de 40 kilos de amonal, con "capacidad suficiente para quitar la vida de cualquier persona que se encontrara en su área de influencia".

Posteriormente, dejaron aparcado el coche bomba en la intersección de la calle Periodista Antonio Sáenz con Río Trueba, que da a dos fachadas del casa cuartel de Torremolinos. El vehículo explotó a las 22.35 horas del 16 de abril de 1991, hiriendo a cuatro mujeres y causando daños en edificios y automóviles colindantes.

Por todo ello, el tribunal le condena a 23 años y 4 meses de cárcel por cuatro delitos de asesinato frustrado, diez años por un delito de estragos y un año de prisión y multa de 1.200 euros por el delito de falsedad documental y alteración de placas de matrícula. Narváez Goñi, 'Pajas', fue entregado a España desde México en 2014 junto a su pareja Itziar Alberdi, con la que estuvo viviendo 22 años en la clandestinidad en Puerto Vallarta con sus dos hijos y junto a la que fue juzgado la semana pasada por el asesinato de dos agentes de los Tedax con un paquete bomba, en Madrid en 1991.

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