El cliente, una empresa en crisis, necesita reducir sus costes y acude a los servicios de una consultoría. Así arranca un nuevo proyecto basado en garantizar la productividad. La clave no es sólo el desarrollo de los planes, como se hacía hasta ahora en la mayoría de consultorías, sino también su seguimiento y respaldo hasta el final.
Esta es la apuesta de firmas como ésta, donde confían en que la base del éxito en la reducción de costes es acompañar al cliente en el proyecto y no abandonarlo hasta conseguir los resultados deseados.
En ésta fábrica de chocolates ya saben lo que es un proyecto personalizado. El consultor acaba involucrándose en la gestión. Es la nueva tendencia en el mundo de las consultorías. La coyuntura económica y la alta competitividad en el sector obligan a dar un paso más en favor del cliente.