El ministro de Finanzas alemán, Wolfgang Schäuble

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CONTROLA LA ECONOMÍA EUROPEA

Schäuble, el hombre de las malas noticias

Es el político alemán con la carrera más longeva, lleva 40 años en el Parlamento. Merkel sorprendió a todos cuando lo nombró superministro de Finanzas en octubre de 2009. No son amigos, dicen. En Alemania definen su relación como una "paz armada", Pero Wolfgang Schäuble, no está nada de acuerdo. A la canciller le interesa: este hombre dice alto y muy claro lo que piensa y Merkel se aprovecha para usarlo de cortafuegos.

Los alemanes lo respetan desde que en 1990 un atentado lo postró en una silla de ruedas. Un perturbado mental le descerrajó tres tiros durante un mitin en Friburgo. Una de esas balas del calibre 38 le dejó parapléjico. Pero este hombre no se rindió, en tres semanas ya estaba en su despacho compaginando rehabilitación y trabajo. A sus 70 años, sigue soportando terribles dolores en la espalda.

Es un superviviente en todos los sentidos. No está libre de los escándalos políticos. El Parlamento alemán le pidió cuentas por una supuesta financiación ilegal cuando era el delfín de Helmunt Kolh. Kolh no dio la cara por él y Merkel le arrebataba el liderazgo.

Controla la economía europea en la sombra y gestiona la crisis de la deuda con mano dura. Es fiel a su discurso y no se cansa de predicar austeridad y ahorro. Se informó con detalle de los presupuestos de España para este año. Sólo después de conocer los números les dio el visto bueno.

No le importa ser políticamente incorrecto y eso le ha llevado a ser el hombre más odiado en Grecia. LLegó a decir del país heleno que si no acataban los recortes ya sabían donde estaba la puerta.  A fin de cuentas, Schäuble tiene un gran cometido: Velar por los intereses de su país y con eso no se juega.

 

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