El campo español está en pie de guerra después de que el Parlamento Europeo halla dado el visto bueno al acuerdo que liberaliza la entrada de productos marroquies.
"No podemos competir con la mano de obra de allí, esto se vendrá otra vez al suelo. No nos han defendido para nada", asegura Álvaro, un agricultor.
Los agricultores aseguran que no podrán competir porque, según dicen, Marruecos no respeta ni reglas ni precios y advierten, además, que cerrarán explotaciones y se perderán puestos de trabajo.
Las organizaciones agrarias ya han hecho cálculos y han concretado que se van a abandonar 16.000 hectareas de cultivo y se van a destruir 64.000 jornales. Afirman que con estas nuevas reglas de juego para ellos es imposible competir. Dicen que es imcomparable lo que cobra un jornalero marroqui, de dos a siete euros al día, con lo que se paga por trabajar en los cultivos españoles, donde pagan a los jornaleros entre 50 y 70 euros la jornada. Es por esto que tachan el acuerdo de traición a la cultura mediterranea.
El nuevo acuerdo entrará en vigor en mayo y tenrá vigencia hasta 2017. Se calcula que las pérdidas sean millonarias; peligran aproximadamente 250.000 explotaciones y 450.000 jornales. Los agricultores no comprenden la situación ni el por qué del acuerdo si Marruecos no es miembro de la Unión europea pero le están otorgando mayores ventajas que a cualquier país miembro de la UE. Por eso, pedirán compensaciones a Bruselas y recurrirán el acuerdo en el Tribunal de Justicia Europeo.
