Un anciano da de comer a las palomas mientras pasea por el madrileño Parque de El Retiro

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ENTRE LOS AÑOS 2007 Y 2011

La pobreza se reduce entre los mayores de 65 años pese a la crisis

En el extremo contrario, según un estudio, se encuentran los menores de 18 años. En general, los españoles experimentaron una falta severa de sus necesidades básicas muy por debajo de la media europea.

La pobreza en el colectivo de mayores de 65 años ha retrocedido ocho puntos entre 2007 y 2011 lo que hace suponer que este grupo está capeando "relativamente bien" los efectos de la crisis. Es lo que se desprende de un informe del Departamento de Economía Europea del Área de Estudios de La Caixa.

El estudio subraya la "notable disparidad" que se da en España entre colectivos de edades diferentes ya que mientras los más longevos parecen "resistir bien" la crisis, esta se ceba en los menores de 18 años, donde el índice de pobreza ha subido, entre 2007 y 2011, cuatro puntos. No obstante, el informe sostiene que para el conjunto de la población "las necesidades básicas están relativamente bien cubiertas".

En el caso de la población más longeva, el índice de riesgo de pobreza ha pasado del 30,1 por ciento en 2007 al 21,8 de 2011, es decir, un retroceso de más de ocho puntos. El informe pone de manifiesto que la situación de la pobreza en España "es menos preocupante" ya que "a pesar de la desfavorable situación del mercado laboral español, la población tiene relativamente bien cubiertas sus principales necesidades".

Para llegar a esta conclusión el informe mensual de La Caixa atiende al índice de privación severa de necesidades básicas elaborado por Eurostat, que revela que en 2011 un 3,9 por ciento de los españoles experimentaron una falta severa de sus necesidades básicas, muy por debajo de la media europea que se situó en el 8,8 por ciento.

Este indicador recoge la falta de, como mínimo, cuatro de las siguientes variables: hipoteca o alquiler; una semana de vacaciones fuera de casa; comer carne, pollo o pescado cada dos días; posibilidad de cubrir gastos financieros inesperados; teléfono; televisión en color; lavadora; coche y calefacción.

El informe destaca que el hecho de que el índice de Eurostat sitúe a España en un 3,9 por ciento -por debajo de muchos países de la UE- demuestra "el buen funcionamiento del Estado del bienestar a pesar de la dureza de la crisis, así como el papel clave que está jugando el tejido social y asociativo del país". No obstante, el estudio reconoce que en España "el deterioro económico ha afectado a las condiciones de vida de la población".

Así pone de relieve que el porcentaje de ciudadanos con unos ingresos inferiores al 60 por ciento de la media (lo que se conoce como la tasa de riesgo de pobreza), ha aumentado dos puntos porcentuales respecto a los niveles anteriores a la crisis, hasta el 21,8 por ciento. También subraya que, según la encuesta de condiciones de vida del Instituto Nacional de Estadística (INE), la pobreza de los menores de 18 años aumentó cuatro puntos entre 2007 y 2011, hasta llegar al 28,6 por ciento.

Además, el estudio evidencia que la tasa de riesgo de pobreza infantil está íntimamente ligada a la situación laboral del hogar. Así, en los hogares en los que más adultos están empleados, la pobreza se sitúa en el 9,5 por ciento, tasa que se eleva al 78 por ciento cuando se trata de hogares donde los adultos trabajan al 20 por ciento de su potencial.

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