Los cultivos de las zonas de la península que no han sufrido daños irreparables a causa del frío han mantenido su producción al cien por cien; sin embargo el precio de las verduras cultivadas en estos lugares se ha incrementado considerablemente. La coliflor, por ejemplo, en el mercado exportador ha subido hasta un 70%. La lechuga también se ha visto afectada, aunque en menor cantidad.
El gélido frío y las heladas han pasado casi de puntillas por zonas como el sur de Tarragona. Gracias a eso en la comarca del Bash Ebra, por ejemplo, se espera una buena temporada cuya producción se venderá a mejor precio que otros años y todo porque esta zona es una de las pocas del país que el frío y las heladas han respetado.
En el resto de España, por el contrario, las verduras y hortalizas no han madurado y muchos campos se los ha comido el hielo. En tierras como La Cartuja, en Zaragoza, el mercurio ha llegado a bajar hasta los diez grados bajo cero, nada bueno para el campo, lo que ha provocado enormes pérdidas a los agricultores.
La consecuencia de estas cosechas arrasadas está en el mercado, donde los precios se han dado la vuelta. Comprar verduras y hortalizas de temporada se ha convertido en algo prohibitivo, casi exclusivo para algunos privilegiados.