Nadie ha dormido en la cumbre que ha cerrado el acuerdo para Grecia

Nadie ha dormido esta pasada noche en la sede de las cumbres europeas en Bruselas. Los jefes de estado y gobierno llegaban con energía a la cumbre. Se saludaban sonrientes. Se sabía que la negociación iba a ser larga pero, sin duda, no tanto.

La sala de prensa estaba repleta  de periodistas. De lo que pasó dentro de la reunión, todavía, poco sabemos. Dicen que hubo momentos de tensión. Que incluso se llegaron a escuchar algunas voces por encima de otras. Hay quien ha difundido que Tsipras llegó a quitarse la chaqueta y a pedir que se la llevasen. Un gesto con el que quería demostrar su enfado ante las "excesivas" exigencias de Bruselas.

El acuerdo no llegaba, las horas iban pasando. Los periodistas empezaban a notar el cansancio y caían rendidos sobre las mesas y los ordenadores. A primera hora de la mañana se logra el acuerdo. Lo anuncian el primer ministro belga y el presidente del Consejo. Salen los líderes. El presidente del Eurogrupo cuenta que los ministros estuvieron reunidos catorce horas.  A eso hay que sumar otras diecisiete horas de cumbre con los jefes de gobierno reunidos.