Formarse en vacaciones sin tener ninguna asignatura pendiente

Este verano los hay afortunados que descansan al sol de agosto y desconectan en la arena. Pero hay otros, y cada vez más, que por estas fechas en lugar de salir de casa, entran.

Claudia tiene 32 años, un empleo, y desde el mes pasado, apuntes. Acaba de inscribirse en un master para estudiar desde casa. La clave es tener tiempo libre, asegura. Ayuda que en su ordenador o la tableta se lleva la lección pero lo importante es la voluntad.

Se calcula que 150.000 personas sacrificarán estas vacaciones para mejorar su formación. Alberto es otro ejemplo: desde este verano compaginará su trabajo con un máster online. Tal y como asegura, la idea es tener más opciones para encontrar más posibilidades.

Mucho más que una moda, nunca estudiar fue tan necesario. La demanda de cursos en universidades de verano se ha disparado, el perfil es amplio, pero sobre todo, hay personas desempleadas.

Tampoco el tiempo de Jaime está libre estos meses. Como otros miles de universitarios ha renunciado a la playa por formarse a pie de tierra en una empresa que además ha sido recién creada. En este caso, son prácticas que ofrece una fundación y a las que este verano se presentaron más de 3.000 solicitudes con sólo 20 plazas.