Publicidad

En Ibiza hay trabajo pero no hay viviendas

El turismo deja sin vivienda a los temporeros en Ibiza: "No pagas por el piso, sino por la cama"

En la isla del lujo y el exceso, se alquilan hasta colchones en un balcón para vivir durante el verano. Encontrar vivienda llega a desesperar a los más de 40.000 temporeros que llegan a Ibiza para dar servicio a la avalancha de turistas.

Miles de temporeros llegan cada verano a Ibiza para dar servicio a la avalancha de turistas. Son trabajadores que han sido expulsados del mercado inmobiliario, que no tienen techo bajo el que dormir y que se ven obligados a improvisar viviendas.

Carlos, un valenciano de 23 años, es uno de ellos. Tendrá que vivir en una furgoneta este verano en Ibiza, ya que no ha encontrado nada digno para alquilar y pasar los cuatro meses de la temporada alta trabajando como relaciones públicas. "El año pasado estuve en cinco casas diferentes. Ya no pagas por el piso o la habitación, sino por la cama", denuncia el joven.

Basta con navegar por Internet para comprobar la magnitud del problema. El equipo de Antena 3 Noticias ha encontrado literas a 1.400 euros al mes, incluso se alquilan contenedores como si fueran casa prefabricadas. Un apartamento turístico para cuatro personas en Ibiza cuesta de media 800 euros la noche.

Otro caso es el de Sergio, un valenciano de 50 años, que trabaja en la seguridad del aeropuerto de Ibiza. Se vio viviendo en la calle, una caravana usada y comprada a plazos le ha servido provisionalmente para seguir viviendo en la isla. Cuando llegó a la explanada donde reside su caravana era la única, hoy son una veintena.

En el otro lado de la balanza se encuentra Jordi Oller, que invirtió sus ahorros en un apartamento para el alquiler a turistas durante el verano. Pide 2.500 euros al mes. "Si yo alquilara este apartamento para un año y alguien lo realquila, mientras me lo trate bien, no veo que sea tan malo", asegura.

En Ibiza, apartamentos como el de Jordi, ya no pueden destinarse al turismo. Solo pueden hacerlo los dueños de los chalets, como consecuencia de una nueva normativa que trata de frenar el incremento del alquiler residencial.

Encontrar vivienda llega a desesperar a los más de 40.000 temporeros que llegan a la isla cada verano. Muchos ocultan sus situación en el trabajo y sobreviven como pueden hasta que su primer sueldo les permite acceder a una cama.

Es frecuente ver a los temporeros en el centro de Cáritas de la ciudad. Mayte Barchin, una trabajadora social de la ONG, explica que "tienen una nómina de 1.200 euros, pagan un alquiler de 800 o 900 y no les alcanza para pagar todos los gastos".

Lujo y glamour es lo que buscan los turistas y los empresarios del sector necesitan profesionales cualificados. José Navas, empresario de alquiler de barcos, asegura que "el problema viene cuando la gente empieza a buscar alojamiento y se encuentran con la cruda realidad".

Los profesionales más capacitados prefieren no venir a trabajar a la isla. Los turistas cada vez pagan más por su estancia, pero sienten que el servicio que reciben no está a la altura.

El alto precio de la vivienda podría provocar el colapso de muchos servicios. En el hospital Can Misses fueron los primeros en detectarlo, incluso este verano el hospital ha optado por remodelar habitaciones de pacientes para destinarlas al personal sanitario por 150 euros al mes.

Los agentes de la policía también viven situaciones similares. La plantilla debería tener casi 300 efectivos pero nunca alcanzan ese número, ahora son 230 para toda la isla.

Publicidad