Chipre sale a la calle a protestar

Publicidad

MÁXIMO DE 260 EUROS DIARIOS HASTA EL MARTES

Los comercios chipriotas empiezan a no aceptar tarjetas ante la falta de liquidez en la isla

Los problemas que atraviesa Chipre se extienden al comercio, donde en muchas ocasiones, los clientes no pueden abonar sus compras en efectivo y en el caso de algunas gasolineras o pequeños comercios ya solo se acepta el crédito como forma de pago. "La gente ha empezado a comprar lo esencial", señala la Asociación de Supermercados Panchipriota. Estudiantes de Chipre en el extranjero están enviando efectivo a sus familias en la isla.

A medida que avanzan los días de 'corralito' en Chipre ya son cada vez más los cajeros automáticos sin dinero, los problemas se extienden al comercio, con clientes que no pueden abonar sus compras en efectivo y suministradores que dejan de aceptar el crédito como forma de pago. "¿Usted pagará con tarjeta?", preguntan en una gasolinera a un cliente, "porque no las aceptamos".

"Pues no tengo efectivo, ¿qué hago ahora?", exclama Mijalis Nikolau, de 37 años, tras darse cuenta de que no podrá adquirir el combustible para su vehículo.

"Desde hace una semana no tenemos trabajo"

El presidente de la Asociación de Propietarios de Estaciones de Gasolina, Stéfanos Stefanu, dijo a la cadena RIK que ya no se aceptan cheques de los clientes y que se ha interrumpido el crédito a las empresas que pagaban el suministro de forma mensual. Stefanu garantizó, no obstante, que no habrá problemas de abastecimiento de combustible, ya que hay depósitos de gasolina.

En una de estas estaciones, su propietario, Parasjos Stilianu, explica que su empresa paga el suministro al contado o con cheques, pero reconoció que otros proveedores aceptan sólo dinero en efectivo.

La gente se mueve inquieta por la ciudad, va a los supermercados a adquirir productos de primera necesidad y a los cajeros automáticos formando largas colas, una imagen que se ha hecho habitual desde que el Gobierno decidió el cierre de los bancos y, en especial, desde que ayer una de las mayores entidades financieras chipriotas, el Laiki Bank, fijó un límite de retirada de 260 euros.

"La gente ha empezado a comprar lo esencial y en los últimos dos o tres días ha empezado a adquirir más productos enlatados y alimentos no perecederos para el caso de que la situación económica empeore", según la Asociación de Supermercados Panchipriota.

La situación en el pequeño comercio es desigual, ya que, mientras en las tiendas de comestibles sigue habiendo movimiento, en otro tipo de establecimientos no. "Desde hace una semana no tenemos trabajo. No viene nadie. Por supuesto porque nuestras clientas tienen miedo. Nuestro futuro está totalmente en el aire", dice la peluquera Maria Irodotu.

En otros lugares, los tenderos se debaten entre la necesidad de exigir pagos con dinero en efectivo, para poder abonar del mismo modo los suministros, y la voluntad de mantener su clientela habitual.

"Tuvimos algunos clientes que nos pidieron comprar a crédito. Por el momento aceptamos porque es gente que conocemos, amigos. No les podemos decir que no", explica Vassilis, de 72 años, de una tienda de ultramarinos. Kostas, un carnicero, relata que estos días tuvo muchos clientes que le pidieron pagar a crédito: "Hay que ser solidarios con los demás. Me piden que les fíe y yo les contesto que sí".

Protestas en Chipre

Por otro lado, el director de Correos de Chipre, Andreas Grigoríu, telefoneó en directo al canal público RIK para informar al público de que las familias de estudiantes chipriotas en el extranjero pueden enviar dinero a sus hijos utilizando su servicio de mensajería.

Grigoríu hizo estas declaraciones ante el debate surgido ante la circunstancia de que muchas familias no pueden transferir dinero a las cuentas de sus hijos que estudian fuera, aunque advirtió de que para hacer los envíos es necesario presentar el dinero en efectivo.

A muchos chipriotas se les está acabando la paciencia después de una semana de decisiones, contraórdenes y rumores que han sumido al país en una gran incertidumbre sobre lo que ocurrirá cuando, si todo va como está previsto, los bancos abran de nuevo sus puertas el próximo martes.

"¡Qué decidan hoy!", exige Yiota Kiriaku, concentrada junto a otros cientos de personas frente al Parlamento para protestar por la situación actual. "La gente aquí está dividida. Unos optan por una tasa a los depósitos y otros por otras soluciones. Yo estoy aquí por mi país. Que me quiten el dinero que me tengan que quitar.

Lo importarte es salvar Chipre", asegura Theodora Georgíu, mientras sostiene en la mano pancartas con lemas como "Culpables". A la manifestación llegan también empleados del Laiki Bank, que temen perder su trabajo si se lleva a cabo la reestructuración de esa entidad tal y como se planea.

"La gente aún no se da cuenta de que, si cierra Laiki, va a ser un desastre para todos. En el Laiki están depositados los fondos de pensiones de diversas profesiones", denuncia Yorgos.

Publicidad