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TRAS EL FIN DEL RESCATE QUE EXPIRÓ EL 23 DE ENERO

Bruselas impone a España una nueva agenda de reformas bancarias

Bruselas ha impuesto a España una nueva agenda de reformas financieras tras el final del rescate bancario. Tanto la Comisión Europea como el Banco Central Europeo exigen así al Gobierno de Mariano Rajoy que vigile diferentes medidas con el objetivo de reforzar la solidez de la banca española y su capacidad de dar crédito a la economía real.

La Comisión Europea y el Banco Central Europeo (BCE) han impuesto este miércoles a España una nueva agenda de reformas financieras que debe emprender tras el fin del rescate bancario, que expiró el pasado 23 de enero, con el objetivo de reforzar la solidez de la banca y su capacidad de dar crédito a la economía real.

En particular, las dos instituciones de la troika piden al Gobierno de Rajoy que vigile que las diferentes medidas para limitar los desahucios a nivel nacional y regional no ponen en riesgo la estabilidad financiera; que no permita que vuelvan a venderse a los particulares productos financieros como las preferentes; y que preserve la unidad del mercado de servicios financieros en España frente a las diferentes leyes autonómicas.

En su informe final sobre el rescate bancario, Bruselas y el BCE avisan que la debilidad de la economía española continúa siendo el principal riesgo para la banca. "La recuperación económica sigue siendo frágil mientras se abordan los desequilibrios y está sujeta a riesgos internos como un cambio en el actual entorno financiero global benigno y la ralentización de los mercados emergentes, especialmente en Latinoamérica, zona a la que las empresas españolas están particularmente expuestas", subrayan.

Además, "pese a los brotes verdes, los altos niveles de paro y la debilidad del mercado inmobiliario siguen suponiendo fuertes dificultades para la rentabilidad de los bancos y los esfuerzos de recapitalización", señala el texto.

"La rentabilidad del sector bancario se verá afectada en los próximos años por los bajos niveles de intermediación y la creciente presión en la calidad de los activos", avisan los inspectores. En este sentido, admiten que la contracción del crédito al sector privado en 2013 ha sido mayor de lo inicialmente previsto. "No obstante, se espera que el crédito al sector privado toque fondo en 2014", pronostican.

Test de estrés del BCE
Por todo ello, la troika reclama en primer lugar al Gobierno de Mariano Rajoy y al Banco de España que vigilen que las entidades refuerzan su capital para prepararse para los test de estrés que realizará el BCE en los próximos meses. "Pese a los buenos progresos logrados en la estabilización, los bancos y las autoridades españolas deben estar preparados para tomar medidas correctivas si es necesario, en caso de que los test del BCE revelen un déficit de capital en algunos bancos", avisa el informe.

Las autoridades españolas también deben controlar que la Sociedad de Gestión de Activos Procedentes de la Reestructuración (Sareb) se deshaga a buen ritmo de su cartera de inmuebles minimizando el coste para los contribuyentes, pese a que prosigue el ajuste en el sector inmobiliario.

Leyes antidesahucios
La troika avisa de que las diferencias entre las legislaciones antidesahucios a nivel nacional y autonómico y la "inseguridad jurídica" sobre las reglas que hay que aplicar en cada caso "podría pesar en el valor de las hipotecas y la estabilidad de los mercados financieros". Ello "podría repercutir en los balances y las necesidades de provisiones de las instituciones de crédito y en el flujo de crédito y en el funcionamiento de Sareb. Por ello, se pide a las autoridades españolas a nivel nacional y regional que vigilen la aplicación de estas normas.

"La unidad del mercado de servicios financieros en España es clave para preservar la eficiencia y estabilidad del sector financiero", avisa el informe. "Como se ha demostrado con algunas de las leyes regionales adoptadas el año pasado, que tenían como objetivo aliviar los problemas sociales relacionados con los desahucios, estas iniciativas a menudo crean inseguridad jurídica adicional y no ayudan a reactivar el mercado inmobiliario y la entrada de inversores, especialmente los extranjeros", apunta.

Bruselas recomienda además revisar la legislación sobre insolvencia personal y protección de los consumidores, con un equilibrio adecuado entre los derechos de deudores y acreedores. "Debe reevaluarse cuidadosamente la eficacia de medidas temporales que se han puesto en marcha respecto a la insolvencia personal (como condonaciones parciales de deuda), así como medidas para reforzar la protección de los consumidores (como topes en los tipos de interés de penalización).

Para evitar nuevos escándalos como el de las preferentes, los inspectores recomiendan continuar los esfuerzos para "identificar y mejorar el proceso de venta a clientes minoristas de cualquier instrumento no cubierto por el fondo de garantía de depósitos". "Ello implica mayor transparencia sobre las características de estos instrumentos y sus riesgos", apuntan.

Privatizar las entidades nacionalizadas
Finalmente, la troika pide completar rápidamente la reforma de las entidades nacionalizadas con el objetivo de privatizarlas "sin demora". Y también defiende revisar el marco legal de las cooperativas de crédito, por considerar que juegan un papel importante en las áreas rurales.

La Comisión y el BCE reclaman al Gobierno que siga sin relajarse con la corrección del déficit y las reformas recomendadas por la UE. "El pleno respeto de los objetivos acordados de consolidación fiscal y la finalización de la agenda de reformas sigue siendo imperativo para devolver la economía a una senda sostenible y consolidar la recuperación de la confianza", dice el informe.

"El alto déficit debe reducirse para detener y revertir el crecimiento del nivel de deuda pública. Esto requerirá una determinación inquebrantable en los próximos años", avisa la troika.

En cuanto a las reformas, los inspectores reclaman al Gobierno en particular que apruebe la "retrasada" ley sobre servicios profesionales, las reformas en marcha sobre la Administración pública, la revisión del sistema tributario y "un refuerzo adicional de las políticas laborales".

La Comisión y el BCE afirman que, pese al fin del rescate bancario, seguirán vigilando la situación España, tanto la del sector financiero como la de la economía en su conjunto. El Ejecutivo comunitario enviará dos misiones al año a Madrid hasta que se haya devuelto al menos el 75% de los 41.300 millones de euros del rescate, mientras que el Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), mantendrá la vigilancia hasta el reembolso del 100%.

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