Las Vegas

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Adelson busca mercados como España por el retroceso del negocio en EEUU

El magnate del juego quiere levantar nuevos complejos de ocio en lugares en los que no haya una gran cantidad de casinos. Para ello pide que se le acoja con incentivos económicos y que destino elegido se encuentre a menos de seis horas en avión de todo su público potencial. En los años 80 el imperio Adelson arrancó en Las Vegas y hasta 2008 el sector creció allí con rapidez, sin embargo, la recesión le afectó en gran medida porque los consumidores recortaron sus gastos y especialmente el dinero destinado al juego.

Con el retroceso del negocio del juego en Estados Unidos, la multinacional estadounidense Las Vegas Sands busca jugar la carta de mercados exteriores como el español, según ha apuntado el presidente del Instituto para el Estudio del Sector del Juego en EE.UU, Bill Eadington

Después de su exitosa apuesta por las oportunidades de Asia desde mediados de los años 2000, invertir en España ahora es acertado y coherente para la multinacional, ha dicho el experto. 

La empresa "aplica una forma de aproximación muy similar a la que siguió en Asia con una fuerte inversión", según Eadington, y escoge un país "con un negocio de los casinos muy pequeño y muy diferente a lo que existe hasta ahora en Europa". "Es como cuando llegó Eurodisney al continente, es un proyecto muy norteamericano", dijo este profesor afincado en Las Vegas. 

Para Eadington, también es comprensible la apuesta de las autoridades españolas en este proyecto: "Hay un modelo que se ha ido repitiendo y que demuestra que cuando la economía de una zona se debilita, las jurisdicciones se muestran más receptivas a legalizar o acoger casinos, a dar ventajas fiscales, para conseguir puestos de trabajo e inversiones". 

La compañía basa su principio de negocio internacional "en una estrategia que permita atraer a viajeros de negocios en los períodos tranquilos de entre semana, mientras que los viajeros de placer llenen las propiedades durante los fines de semana". 

Las Vegas Sands, con sede central en Las Vegas (EE.UU), forma parte de las 500 mayores empresas del mundo, de acuerdo con la lista Forbes, que le atribuye 40.000 empleados en el mundo y unas ventas en 2011 de 9.410 millones de dólares. Hasta ahora la multinacional del juego ha desarrollado su negocio en Estados Unidos, Macao y Singapur. 

Pero Las Vegas, la capital estadounidense del juego, donde arrancó el imperio Adelson a finales de los ochenta, ya no es lo que era. "El sector del juego creció en Estados Unidos muy rápidamente hasta 2008, pero la recesión le afectó dramáticamente, ya que buena parte de los consumidores recortaron su gasto, especialmente en juegos", ha explicado Eadington, experto del sector. 

"La proliferación de negocios de juegos de azar en California y otras áreas ubicadas en la misma región que nuestras propiedades de Las Vegas podría tener efectos adversos para nuestra situación financiera, nuestros resultados de operación y nuestra liquidez", reconocía la compañía en su último informe anual. 

Por ejemplo, en el segundo trimestre de este año, las propiedades de la compañía en Las Vegas han generado menos beneficios y el negocio de las mesas de juego retrocedió. Las Vegas Sands habla de "una proliferación de las salas de juego" en Estados Unidos por la legalización o intención de hacerlo en algunos estados, que afectarían al sector en Nevada, donde tiene su sede mundial el imperio Adelson. 

Los estados de Maryland, Massachusetts y Delaware son algunos ejemplos citados por el experto. Por eso, la multinacional del juego ahora quiere apostar por las convenciones y sus tiendas en Estados Unidos, y por los casinos en el mercado exterior. 

En Norteamérica se concentra en tres complejos en Las Vegas (oeste del país) pero también uno en Bethlehem (este), mientras que en Asia controla cuatro centros en Macao, que es un territorio autónomo chino donde está permitido el juego, y uno más en Singapur

Tras los buenos resultados del mercado asiático, Adelson buscaba jugar la carta del mercado europeo, en un país que le acoja con incentivos económicos y que se encuentre a menos de seis horas en avión de todo su público potencial, incluido el cliente adinerado de la Europa del Este. 

Paralelamente, estudia invertir en los próximos años en Japón, Corea del Sur y Vietnam. La compañía presidida por Adelson ha apostado por construir gigantescos centros de ocio e integrar todos los servicios que busca el cliente, hasta el punto de tener en propiedad varios aviones de lujo para desplazar a sus clientes más exclusivos. 

En Macao, la gran apuesta de Adelson cuando a principios de los 2000 decidió salir de Estados Unidos, quiere contar con 9.000 habitaciones, 1.300 mesas de juego y 6.000 máquinas cuando complete el cuarto centro en la zona.

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