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Aventura

La odisea de los 'ultramaratonianos Robinsones' para regresar desde Costa Rica: "Vinieron con ametralladoras"

Ragna Debats y Pere Aurell pasaban confinados la cuarentena por el coronavirus con su hija de cinco años en una playa desierta de Costa Rica... cuando apareció una patrulla en su búsqueda para evacuarles de allí.

Dos ultramaratonianos españoles, Ragna Debats y Pere Aurell, pasaron confinados la cuarentena por el coronavirus con su hija de cinco años en una playa desierta de Costa Rica. Los atletas de montaña permanecieron confinados junto a su hija Ona en plena naturaleza en una isla solitaria al sur del país.

Ya en casa lo cuentan como una aventura, pero pasaron miedo. El confinamiento les pilló en el país de América Central, donde iban a correr un ultra trail. Estaban con su hija de cinco años. Pero cuando contamos aquí su historia, la noticia de Antena 3 Deportes llegó hasta el país y sucedió algo inesperado: las autoridades fueron en su búsqueda... armados.

Previamente habían pasado dos meses aislados en una playa. En su día, Antena 3 Deportes contó su historia el pasado 6 abril. Esas imágenes salieron en la cadena más importante del país y eso provocó que el Gobierno del país enviara a una patrulla a buscarles, ya que en Costa Rica no se permitía estar en las playas durante el confinamiento.

Los guardacostas acudieron a su rescate armados con ametralladoras: "Me puse a correr, imponía. Al ver este me puse a correr por la jungla por medio de la selva. Pensaba que era Rambo, un fugitivo", nos ha contado ahora Pere Aurell, quien reconoce que pasó miedo.

En cuanto han podido han emprendido el viaje de vuelta a casa. Ahora toca adaptarse a la nueva normalidad.

Dan la vuelta al mundo compitiendo

Pere Aurell y Ragna Debats son un matrimonio catalán de Terrassa que corre ultramaratones. Ambos se habían propuesto dar la vuelta al mundo competiendo junto a su hija Ona, de cinco años. Llevaban completadas dos pruebas de más de 100 kilómetros en Hong Kong y otras en el Aconcagua de Argentina.

Les tocaba correr la Volcano de Costa Rica, de 230 kms, pero se suspendió por el coronavirus. Desde el pasado 21 de marzo se aislaron en una playa de dos kilómetros dentro del área del Golfito, donde solo se puede llegar en embarcación y no hay nada... solo naturaleza.