Gameiro y Griezmann celebran un gol

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LALIGA JORNADA 19 | EIBAR 0-1 ATLÉTICO

Oblak y la conexión Griezmann-Gameiro dan un sufrido triunfo al Atlético ante el Eibar

El Atlético de Madrid ha sacado los tres puntos en un complicadísimo partido en Ipurua. Los rojiblancos, al más puro estilo Simeone, han derrotado al Eibar por 0-1 gracias a un tanto de Gameiro, y a un Jan Oblak sublime que puso de nuevo un cerrojo en su portería.

El Atlético sigue notando el efecto Diego Costa... sin Diego Costa. Los rojiblancos han vencido al Eibar, un rival que llevaba desde septiembre sin perder en su casa, gracias a un tanto de Kevin Gameiro que ha mejorado y mucho su puntería y sus guarismos desde la llegada del 18. Con este triunfo, los rojiblancos acaban segundos la primera vuelta... y a diez puntos del Real Madrid.

Campo complicado, muchas bajas, rival duro... pero este Atleti es mucho Atleti. Vuelve a ser ese Atleti correoso, competitivo, férreo. Ese Atleti que sabe a lo que juega, que sabe jugar y que sabe ponerse el mono de trabajo. Hicieron lo primero hasta el 0-1, e hicieron lo segundo desde el gol hasta el minuto 90. Hasta que Mateu Lahoz pitó el final.

Cuando señaló el comienzo, los hoy de amarillos hicieron valer su fútbol y la calidad que se presupone a un jugador del Atlético. Con fluidez y con verticalidad, Vrsaljko fue un misil y Correa dispuso de un par de ocasiones para abrir un marcador que no se movía. El Eibar, eso sí, tuvo las suyas gracias a centros y saques de esquina, pero eran los de Simeone los que generaban más sensación de peligro.

Una que se tradujo en gol. A falta de Diego Costa, y con Vitolo aún haciéndose en Copa a la espera de tener minutos en Liga, la conexión francesa volvió a salir a flote. Griezmann le puso un balón a Gameiro, Kevin la controló y, ante la salida de Dmitrovic, puso el balón raso en las redes armeras.

Una vez hecho el gol, tocó el modo trabajo. Tocó durante toda una segunda parte, una larga segunda parte, en la que el Atlético sudó esperando una contra. Una que no terminaba de llegar y que pudo costar caro, de nuevo, a los de Simeone. El Eibar se animó, mucho, y Godín a punto estuvo de batir a Oblak. El esloveno, además, detuvo un cabezazo de Oliveira más por colocación que por reflejos.

Griezmann pudo sentenciar con el 0-2, pero su conexión con Carrasco acabó con un tiro con la diestra flojo y fácil para Dmitrovic. Se fue el galo, y entró Torres. Se sumó su cambio al de Yannick por Correa y al de Augusto por Gameiro, haciendo ver la profundidad de banquillo y de plantilla de un Atlético que, fiel a su estilo, vivió en la cuerda floja en Ipurua de la que a punto estuvo de caer por tercera vez con un tiro potente y bien dirigido de Inui.

Pero el Atlético es así. El Atlético es un equipo al que le gusta vivir al límite, al que le gusta jugar con fuego. Un equipo que por ello a veces termina por quemarse. Con todo, con lo bueno y con lo malo, los rojiblancos siguen sumando y continúan siendo la mayor amenaza del Barça en esta Liga.

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