Luis Suárez

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FC Barcelona

El asombroso caso del insaciable Luis Suárez

En pleno abril, con 18 goles y 15 asistencias en 33 partidos, el uruguayo se reivindica tras una temporada que empezó tarde por una sanción que llegó acompañada de una continua sospecha sobre su conducta y que se caracterizó por estar bajo la acusación de un –evidente- sobrepeso.

Como se ponga en conocimiento del Spielberg de turno, el caso de Luis Suárez acaba en tetralogía -a entrega por sanción- hollywoodiense: el prototípico chico malo con problemas de comportamiento que acaba saliendo de todas. Eso es Luis Suárez en la vida real.

Su fatal 'vicio'

La historia del uruguayo, que ahora se escribe con tinta blaugrana, está marcada por la superación. Jack el destripador la desgranaría, más o menos, así: fue en el Ajax donde presentó en sociedad a su ‘yo’ más oscuro. En noviembre de 2010, quién sabe si poseído por el espíritu del Conde Drácula, mordió -siempre hay una primera vez- en el cuello a Bakkal, del PSV. La multa fue de dos partidos del Ajax y 7 de la Federación Holandesa de propina.

Su feliz regreso al césped llegó ya en el Liverpool. Pero los fantasmas del pasado, por naturaleza, siempre vuelven y en la 2011-2012 fue gravemente sancionado por la Federación Inglesa, esta vez por insultos racistas a Evra. Y tanta tendencia a la reaparición tienen esos fantasmas que ‘Lucho’ volvió a cortocircuitarse y, por un mordisco -y ya van dos- a Ivanovic, estuvo 10 partidos a la sombra. Sin embargo, se demostró de nuevo que su destino está escrito a dos manos, por su peor enemigo y por su mejor amigo: tras la catástrofe gastronómica serbia, pese a empezar más tarde la temporada, consiguió la Bota de Oro 'a pachas' con Cristiano.

Su tercer mordisco –dicen que no hay dos sin tres-, en Brasil 2014, hizo que a Suárez se le presentase el reto más difícil: averiguar cómo huir de sí mismo sin olvidarse de sí mismo; cómo dejar de actuar como un villano sin convertirse en una princesa Disney, sin perder su esencia de 'killer'.

Mejora los datos de Benzema, Bale o Neymar

Y lo consiguió: olvidando su lado oscuro, llegó el 25 de octubre y redebutó sin pena ni gloria en el Bernabéu, pero un mes y seis partidos después volvió a testar el dulce sabor del gol, tan arraigado en la memoria de su paladar, pese a las dudas de tantos. Entonces se desató su tormenta perfecta y Luis Suárez ha ido cogiendo carrerilla hasta sumar 18 goles y 15 asistencias en 33 partidos. Ha sido decisivo en el Clásico de Liga en el Camp Nou, con el gol de la victoria; ante el Atleti, con un gol en triunfo liguero en casa; en la ida de octavos de Champions, con dos goles en casa del City; o este miércoles pasado, con otro doblete continental para conquistar París.

Pese a empezar forzosamente en octubre, la temporada del ‘9’ presenta mejores registros que la de Benzema, su homólogo en el eterno rival, y Bale, por ejemplo, a los que supera en promedio de goles y asistencias. Lo mismo pasa con el primer año de Neymar en el Barça; respecto al segundo del brasileño en Barcelona, el actual, el uruguayo le supera en asistencias y se queda cerca de su promedio de goles. Los datos y la mejoría en las sensaciones no dejan lugar a la duda: pese a las sanciones, siempre vuelve. Así es el asombroso caso del insaciable Luis Suárez.

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