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LOS LUGARES MÁS TERRORÍFICOS DEL MUNDO

Los tres sitios donde no querrías pasar la noche ¡ni siquiera en Halloween!

Las catacumbas de París, los bosques de cadáveres de EEUU y la 'Isla de las Muñecas' ponen los pelos de punta a todo el que los visita. Para ir allí se recomienda no ser aprensivo ni pudoroso porque las imágenes son realmente escalofriantes.

Las catacumbas de París

Pasen y...griten. Hay que ser un auténtico valiente para atreverse a cruzar la entrada de estos tres lugares que serían un perfecto escenario para películas de terror.

Las catacumbas de París son el ejemplo más antiguo. Las infecciones proliferaban en la capital francesa en el siglo XVIII por culpa de un cementerio desbordado del barrio de Les Halles, así que el Gobierno decidió trasladar esos restos a lo que hasta entonces eran las canteras de la ciudad.

Granja de cadáveres de Tennessee

Se trata de 300 kilómetros de túneles subterráneos que acumulan cerca de seis millones de osamentas. Actualmente puede visitarse una parte delimitada de estos túneles pero muchos parisinos se adentran ilegalmente para ver la zona más truculenta de la ciudad.

Cruzando el Atlántico encontramos unos bosques que parecen salidos de una película de zombies. Los llaman 'granjas de cadáveres' pero en realidad son un experimento científico para estudiar el proceso de descomposición en cadáveres humanos bajo diferentes condiciones. La primera fue creada en 1981 por la Universidad de Renesee, en Knoxville, pero posteriormente han sido imitadas por las Universidades de Carolina, Texas y Sam Houston.

La 'Isla de las Muñecas' en México

La especial relación de los mexicanos con la muerte es conocida por todos y allí encontramos otro paraje diabólico. Si te decimos que se llama "Isla de las Muñecas" quizás pienses en una especie de jardín donde una niña disfrutaría, pero en esta isla todas las muñecas están rotas y sucias.

La leyenda dice que Julián Santana Barrera, un ermitaño que vivía en la zona de Xochimilco, encontró a una niña (algunos dicen que era su hija) que se estaba ahogando y no pudo hacer nada por salvarle la vida.

Desde entonces, Santana aseguraba que el espíritu de la niña le atormentaba y decidió colgar muñecas en los árboles cercanos para ahuyentarla. El resultado fue una larga extensión de cuerpos de plástico colgados entre la maleza.

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