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EL TORERO EXTREMEÑO CORTÓ DOS OREJAS Y ABRIÓ LA PUERTA GRANDE EN LA CORRIDA DE LA BENEFICENCIA

Repasamos con Talavante los mejores momentos de su triunfo en Las Ventas

Corrida de la Beneficencia de relumbrón: Morante, Manzanares y Talavante. Al final, se abrió la puerta para Alejandro Talavante, quien nos ha contado como vivió su tarde triunfal.

Alejandro Talavante nos ha recibido en la habitación del hotel en la que ha dormido más feliz que nunca. "La verdad es que no puede dormir mucho. Tenía muchos nervios. Repasé mil veces lo que había ocurrido en la plaza", nos cuenta.

Las Ventas, corrida de la Beneficencia. Como compañeros, Morante y Manzanares. 24.000 personas llenaron el coso con las ansias de vivir una tarde mágica. Le preguntamos si él también tenía esa misma sensación. "Traté de no sentir la presión de una corrida tan importante. Me concentré en lo que tenía que hacer".

No acostumbra a ver de nuevo sus faenas pero hace una excepción. Repasamos junto al maestro algunos momentos de sus faenas. "Tenía que dar un toque y cambiar de dirección en el último momento al toro. Y eso es peligroso. Te pasa muy cerca. Sientes su aliento".

Y de nuevo la puerta grande. Por tercera vez en su carrera se abría para él. "Era tremendo. Toda la gente dándome tirones. Pero también muy emocionante". Luego nos enseñó cómo quedó su traje en medio del tumulto, con el público arrancándole literalmente los adornos del vestido. "Éste la verdad es que ya lo retiro y menuda bendición hacerlo por una tarde como la de ayer".

Nos cuenta también que cuando por fin llegó a la furgoneta sonó su teléfono. Era El Juli. Talavante recibía las felicitaciones de otro de los grandes espadas con el eco todavía de una afición agradecida.

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