Publicidad

EXPOSICIONES CALIFICADAS COMO "IRREPETIBLES"

El Prado y el Reina Sofía acogen los tesoros del Kunstmuseum de Basilea

El museo de Basilea, cerrado por obras de modernización, ha cedido al Museo del Prado una decena de obras de Pablo Picasso, de las cuales ocho se exponen por primera vez España. Al mismo tiempo, el Museo Reina Sofía recibe 166 obras de la pinacoteca suiza, entre ellas la más cara del mundo: 'Nafea Faa Ipoipo', de Paul Gauguin, comprada por el coleccionista Rudolf Stechelin por más de 300 millones de dólares.

Los tesoros del Kunstmuseum de Basilea, formados por diez pinturas fundamentales de Picasso, 104 obras de la colección permanente del museo y 62 de las colecciones privadas de Im Obersteg y Rudolf Staechelín depositadas en esta institución, se exhiben ya en el Museo del Prado y en el Reina Sofía. La condición de "irrepetible" ha sido subrayada durante la presentación de estas muestras, que inaugurará este martes la reina Letizia y que han sido organizadas gracias a la generosidad del museo suizo, el cual ha cerrado sus puertas para llevar a cabo obras de modernización.

Y es irrepetible, entre otras cosas, porque nunca el Kunstmuseum volverá a ceder tal cantidad de obras fundamentales; porque muchas de las piezas no se prestan habitualmente y porque la pintura "NAFEA faa ipoipo", de Gauguin, ha sido vendida por Rudolf Staechelin a un comprador de Qatar, por lo que, tras su exhibición en Madrid y Washington, no regresará al museo suizo.

"10 Picassos del Kunstmuseum Basel" en el Museo del Prado es "la fiesta" de Picasso, en opinión de Miguel Zugaza, director del museo, que ha querido recibir a los "Picassos mayores de Basilea" por la puerta grande, en la galería central, en el eje simbólico del museo, donde se presentan "literalmente como una ofrenda". Picasso vuelve a caminar por el Prado "con una naturalidad pasmosa, como Pablo por su casa", en un recorrido en tres ejes. Por una parte, una retrospectiva esencial del artista, con obras maestras exhibidas cronológicamente que representan cada una de sus etapas capitales. En otro eje, los cuadros de Picasso, "tan contemporáneos como clásicos", se relacionan de "tú a tú" con obras de Tiziano, Tintoretto, el Greco, Veronés, Velázquez, Rubens o Goya. "Aquí, el tiempo convencional se desvanece y surge ante nuestra mirada estrictamente contemporánea una experiencia nueva e irrepetible. Pocos artistas son capaces de mantener ese diálogo", según Zugaza.

Tras la contemplación de "Los dos hermanos" y "Hombre, mujer y niño", el "cezanniano" bodegón "Panes y fruteros" se cruza con "El entierro de Cristo", de Tiziano; el gótico cubismo de "El aficionado" se proyecta sobre los Grecos del retablo de María de Aragón, mientras que "Arlequín sentado" (1923) medita sobre "La historia de Cristo y el centurión", de Veronés. Las vigas del techo del retrato de Dora Mar "Mujer con sombrero vestida de azul" (1941) se relaciona con la cámara oscura del taller de Velázquez en el Alcázar de Madrid. Y "Venus y amor" y "La pareja", pintados en junio de 1967 con un día de diferencia, flanquean "La familia de Carlos IV" de Goya y prolongan la danza vital de los desnudos de Rubens al final de la galería.

Además, Picasso lleva al Prado a Courbet en su versión de las mujeres a las orillas del Sena. "Como en el 'Quijote', nunca se sabe muy bien dónde comienzan las grandes historias, y esta que nos trae hoy aquí es, sin duda, una de ellas", afirmó Zugaza.

También en términos de agradecimiento giró la intervención de Manuel Borja-Villel, director del Reina Sofía, quien destacó las particularidades de la colección del Kunstmuseum y de las colecciones de Im Obersteg y de Rudolf Staechelin. Eso ha permitido montar dos exposiciones con pluralidad de lecturas en torno a cómo los coleccionistas entendían la historia del arte y las relaciones entre coleccionistas, artistas, curadores y museos.

"Fuego Blanco. La colección moderna del Kunstmuseum Basel" permite hacer un recorrido cronológico a través de 104 obras maestras, de las cuales solo 9 habían estado antes en España. Con piezas creadas desde finales del siglo XIX hasta la actualidad, la exposición explica la evolución del arte de los últimos 150 años, con movimientos como el simbolismo, expresionismo, cubismo, purismo, la Bauhaus, el "art brut", surrealismo, abstracción, constructivismo, minimalismo, postexpresionismo alemán, abstracción estadounidense de postguerra o "pop art".

Este relato está montado con artistas como Picasso, Braque, Gris, Léger, Le Corbusier, Dubuffet, Giacometti, Munch, Kandinski, Yves Tanguy, Hans Arp, André Masson, Max Ernst, Paul Klee, Mondrian, László Moholy-Nagy, Gerhard Richter, Rothko, Jasper Johns, Andy Warhol, Picabia o Steve McQueen. Las 62 pinturas, 44 de la Fundación Im Obersteg y 18 de la Colección Rudolf Staechelin, exhibidas en "Coleccionismo y modernidad", forman una pequeña joya de arte con obras. De ellas, solo tres habían viajado a España con anterioridad.

Van Gogh, Gauguin, Renoir, Redon, Pissarro, Manet, Modigliani, Monet, Cézanne, Chagall, Soutine, Hodler, Jawlensky o Picasso, con obras como "Bebedora de absenta", "Mujer en el palco" o "Arlequín con antifaz", forman parte de este tesoro. A las obras de Gauguin que ya cuelgan en el Reina Sofía se unirá a partir de julio "Nafea Faa Ipoipo" (¿Cuándo te casarás?), que se ha convertido en la obra más cara de la historia al haber sido vendida por el coleccionista Rudolf Stechelin a la Autoridad de Museos de Qatar por más de 300 millones de dólares (263,3 millones de euros).

Sobre el futuro de la colección de Rudolf Staechelin, el director del Kunstmuseum afirmó que la Fundación que la gestiona "quiere tener la oportunidad de ver otras opciones por todo el mundo para su futuro. Nosotros estamos haciendo lo posible para que vuelva a casa, pero no lo sabemos".

Publicidad