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VISITA AL CONGRESO

Paseíllo parlamentario de varios toreros en el Congreso

Cayetano Rivera, Enrique Ponce y "El Juli", se han reunido en la Cámara Baja con responsables del grupo socialista para pedir, una vez más, que las corridas pasen a ser competencia de Cultura y no de Interior.

Acostumbrados a pisar el albero de lasplazas, a los tres toreros que hoy han acudido al Congreso les debe haber parecido algo duro el granito que cubre el patio del Palaciode las Cortes, por donde han hecho un singular paseíllo, flanqueadospor diputados socialistas y seguidos de un sinfín de informadores. En la nada taurina hora de las once menos cuarto de la mañana,Cayetano Rivera Ordóñez, Julián López "El Juli" y Enrique Ponce hancruzado a pie la madrileña plaza de las Cortes con dirección a lasede del poder legislativo, dispuestos a dar el tipo en una faenaque, con los tiempos que corren, no parece ni fácil ni pequeña.

Hace una semana se entrevistaron con la ministra de Cultura,Ángeles González-Sinde, aunque sin luz ni taquígrafos, y para hoy tenían audiencia con el secretario general del grupo socialista, Eduardo Madina, y el diputado José María Benegas, reunión tampoco anunciada a la prensa. Pero la presencia de algunas de las más relevantes figuras deltoreo no podía pasar desapercibida en el Congreso de los Diputados, y mientras la terna aguardaba ante la reja que veta el paso a lacalle Floridablanca (que hace de patio de acceso) el número de periodistas, fotógrafos y camarógrafos aumentaba sin cesar.

Curiosos también había, paseantes y turistas que ante eldespliegue de cámaras y micrófonos iban desgranando los nombres delos matadores, prestos ellos a iniciar su paseíllo, sin trajes deluces pero con las corbatas bien puestas. "¡Qué buen cartel!", ha exclamado una señora que iba a entrar enel Congreso para una visita guiada. Por fin han aparecido Eduardo Madina y José María Benegas, a losque han saludado con un apretón de manos. Y con ellos han avanzado hacia el edificio de ampliación de laCámara Baja, con los periodistas detrás, a modo de improvisadacuadrilla.

Dentro todavía les faltaba superar el control policial, el arcodetector de metales y el escáner, todo ello con las cámaras detelevisión muy atentas para captar todos y cada uno de sus gestos,aunque no fuera tarde de toros y no se fueran a jugar la vida. Han entrado a la sala de reuniones, que tenía una gran mesa en elcentro y varias sillas.

Los informadores han quedado fuera. Pared con pared, en la dependencia contigua, estaban reunidos losdiputados del Pacto de Toledo, el órgano parlamentario encargado deestudiar la subida de la edad de jubilación. Más de una hora han permanecido toreros y socialistas enconversación, un tiempo que no se ha hecho muy largo para los"plumillas" que aguardaban en el pasillo, ocupados en jugososcomentarios sobre el buen aspecto de los matadores.

Y también en atender a la imperiosa actualidad, porque durante laespera ha salido de la sala adyacente el diputado de IU, GasparLlamazares, y los periodistas dispuestos a informar sobre el futurode las corridas y el traspaso de las competencias taurinas delMinisterio del Interior al de Cultura han acabado recabando unasdeclaraciones de Llamazares sobre las últimas previsiones del FMI.

Resuelta la papeleta financiera, las puertas del otro habitáculo-el de los toreros- se han abierto por fin, y los informadores hanrecibido en avalancha y con avidez indisimulada, a los tres toreros. Cayetano Rivera ha hecho de portavoz, ha explicado brevemente susargumentos y junto a sus colegas se ha marchado rumbo a la calle.

Allí, unas muchachas que hacían turismo por la plaza de las Cortes se han topado con el trío, que ha accedido a posar con ellaspara una foto de grupo. Mientras las figuras estilizadas de los maestros se alejaban, laschicas se daban aire unas a otras, todavía emocionadas por el gratoencuentro con el que el azar les acababa de obsequiar.

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