En ocho kilómetros de obstáculos ganó el humor y la originalidad de los disfraces

Había disfraces para todos los gustos y a cual más original e incómodo para participar en una prueba de este tipo., Pero ganar era lo menos importante. Se podía ver caracoles, bebés, militares y hasta embarazadas en la carrera. Una difícil prueba que se disputa en la playa de las Alcaravaneras.

Una carrera de ocho kilómetros de longitud en la que se mezclan arena, asfalto y agua. Ningún obstáculo les para aunque cada uno va a su ritmo. El objetivo final se ha conseguido, que es pasarlo bien y fomentar el sentido del humor.