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GRABACIÓN DE UN NUEVO DVD

Miguel Poveda triunfa en el Teatro Real en un "concierto único"

Los aplausos y bravos fueron constantes y el público se puso en pie con las bulerías de 'El alfarero' y la copla 'En el último minuto'.

Era una disculpa por el precio de las entradas, pero Miguel Poveda lo ha dicho así de claro: el concierto de su debut en el Real de esta noche ha sido "único" porque se estaba grabando para editarlo en DVD pero, sobre todo, porque ha demostrado que es un cantaor muy largo y el amo del escenario. Durante casi tres horas y acompañado de quince artistas, entre ellos "el genial" compositor y pianista Joan Albert Amargós, Poveda ha presentado "oficialmente" el que es su noveno disco, 'arteSano', una "integral" flamenca que ha obtenido un Disco de Oro tan solo una semana después de lanzarse, y ha desgranado varios de los del anterior, 'Coplas del querer'.

Los aplausos y bravos, desde el primer paso que ha dado el escenario vestido con un traje negro y camisa blanca firmado por Vitorio & Luchino, como los otros dos que se ha puesto, han sido constantes y ha puesto al auditorio en pie con las bulerías de 'El alfarero', la copla 'En el último minuto', y los "dos finales", el de antes de los dos bises, y el del "remate".

Dirigido por Jesús Quevedo 'Bolita', que también ha tocado la guitarra, junto a Jesús Guerrero, Manuel Parrilla y Diego del Morao, ha arrancado con la soleá apolá 'Con-vivencia', la malagueña 'De la Peñaranda', y las cantiñas 'Casi huele a sal'.

Luego han llegado los tientos 'Con ser tan sabio', las bulerías '¡Qué disparate!' y el sentido homenaje a su maestro Pancho Cros con una minera dedicada a él y al terminar ha hablado por primera vez.

"Es toda una responsabilidad estar en este lugar mágico y espero estar a la altura de vuestras expectativas y corazones", ha pedido para a continuación lanzarse por "coplerías" con "La Ruiseñora", "una historia que denuncia el maltrato" y con la que ha provocado el delirio.

Después de los verdiales que ha bailado Susana la Lupi, Poveda ha reaparecido, ahora con una chaqueta y chaleco morados y un pantalón negro, para marcarse las seguirillas 'Hondo y sin soga', los tangos 'Triana, puente y aparte', que ha bailado también, los fandangos por soleá 'Te desafío' y las sevillanas 'Con luna y media'.

Las alegrías 'Serafino' han dado paso a la 'Nana de los rosales' y la parte flamenca se ha cerrado con la bulería de 'El alfarero', en el que dado, con mucho compás y arte, una "pataíta".

Como tenía que "hacer el paripé" para que los técnicos cambiaran el escenario y metieran el piano de Amargós, el contrabajo de Guillermo Prats y la batería de Antonio Coronel, Poveda ha aparecido por delante del telón y ha explicado que había querido dedicar 'arteSano' al cante tradicional porque tiene "la categoría" para estar "no sólo en el Real sino en todo el mundo".

Ha recordado a algunos de sus colaboradores en el disco, como Manolo Sanlúcar, Paco de Lucía e Isidro Muñoz, se ha roto el pantalón en su esfuerzo por recoger del foso una rosa que le habían tirado, y ha cantado "a capella", y ante la insistencia de algunas espectadoras, unas frases de 'A ciegas'.

"Este es un concierto único. La entrada es cara -entre 160 y 59 euros y agotadas desde el día 27 de abril- y no todo el mundo puede estar aquí, pero se está grabando en DVD", ha subrayado el artista. Luego ha aparecido como un 'crooner', traje gris ajustado y corbata, ha cantado "a pelo" un popurrí con algunas de las frases más populares de la copla y 'Vente conmigo', 'Ni un padrenuestro' y 'En el último minuto', con el que ha puesto a la gente de nuevo en pie.

Una sentida versión de 'Y sin embargo te quiero', que ha hecho llorar a varios espectadores, y un recuerdo a Enrique Morente han sido el primer final, al que ha seguido un bis de homenaje a Caetano Veloso, 'Fuerza Extraña', interpretado solo con Amargós, y que ha querido dedicar muy emocionado a su familia.

Pero como no quería que el público se fuera triste, ha vuelto a sacar a todos sus músicos, se ha quitado la corbata y se ha despedido bailando y cantando sin micrófono, como se hace en la ópera.

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