Las joyas de Chagall deslumbran en París

Los cuadros de Marc Chagall navegan por los convulsos comienzos del siglo XX. El pintor aborda la Revolución Rusa, las Guerras Mundiales, el Éxodo, el miedo a la muerte...pero también la paz y el amor.

"Siempre guardó una conciencia muy fuerte de su identidad judía", asegura la comisaria de la exposición, "pero siempre deseó ser considerado como un pintor de vanguardia, un pintor universal".

Una pintura expresiva, que mezcla la vanguardia cubista con el fauvismo. Un estilo personal que gracias al color nos revela la magia de lo cotidiano, las tradiciones de la comunidad judia de Rusia, la mirada de un hombre enamorado.

Según Julia Garimorth-Foray, "hasta su muerte en 1944, su pareja fue la persona más importante de su vida, su musa, su mujer, ella velaba por él, vemos este amor a través de casi todas sus obras".

Óleo, dibujo y grabados. Un centenar de obras que recuerdan la Rusia donde creció como pintor, su trayectoria en París y Berlín antes de su exilio en Estados Unidos, para evitar ser deportado por judío y su vuelta a Francia, donde falleció a los 97 años. El pincel y el arte de Chagall en Paris hasta el 22 de julio.